C. Alós/R. Laguna, Valencia

El Consell quiso escenificar ayer que no hay grietas en el apoyo al presidente, investigado por un presunto delito de cohecho. Los tres vicepresidentes, Vicente Rambla, Gerardo Camps y Juan Cotino, y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, el principal bastión moral del jefe del Consell, le acompañaron hasta las puertas del Tribunal Superior de Justicia. Eran las 8.50 horas. Camps descendió de su coche oficial a unos metros de la sede judicial. Rambla, Camps, Cotino y Barberá ya le esperaban junto a medio centenar de incondicionales.

A la salida , dos horas y 25 minutos después, de nuevo el núcleo de confianza del presidente le esperaba a las puertas. La alcaldesa cogió a Camps del brazo y lo acompañó hasta el coche oficial. El número de simpatizantes se había multiplicado por siete. La policía había cortado la calle entera entre insultos y forcejeos de simpatizantes y detractores. Barberá y la guardia pretoriana del presidente, a la que se sumó la jefa de Gabinete, Ana Michavila, introdujeron a Camps en el coche.

El vicepresidente Cotino aseguró que "con la verdad se va a todas a partes y el presidente ha dicho la verdad". La alcaldesa Barberá, a quien dirigentes del PP sitúan como relevo de Camps si el proceso se complica, y los tres vicepresidentes aseguraron que habían visto a Camps "fenomenal". "Por fin ha podido declarar", añadió Cotino. Las fuentes señalaron que el presidente sigue con su agenda institucional. Ayer recibió al viceministro búlgaro de Exteriores y por la tarde acudió a un acto en el puerto.

Desde el Consell aseguraron que Camps esta muy tranquilo y sereno y que ha tenido la oportunidad que buscaba desde hace tres meses, aunque creen que la investigación no ha terminado porque los procesos judiciales son muy lentos y no van acompasados con las dinámicas políticas.