¿Por qué una neurona muere?

Todavía no lo sabemos, aunque la investigación está muy activa. Su estudio es fundamental porque nacemos con las neuronas contadas. A lo largo de la vida sólo perderemos, por ello, tratamos de entender qué causas producen esa degeneración neuronal. El envejecimiento conduce a déficits cognitivos que, a veces se acelera, como en las enfermedades neurodegenerativas, e incluso, aceleran la muerte.

Y la falta de diversos tipos de neuronas condiciona la enfermedad...

Sabemos que la pérdida de neuronas dopaminérgicas de la zona del cerebro llamada sustancia negra genera Parkinson, por eso, los tratamientos implican el suministro de fármacos que sustituyen a la dopamina. El Alzheimer está provocado por la muerte de neuronas colinérgicas, aunque en este caso de forma difusa en múltiples localizaciones en el cerebro.

¿Influye el factor genético?

En la mayoría de los casos de Parkinson o Alzheimer no se detecta una causa genética clara. Se conocen algunos casos familiares producidos por la mutación de un único gen, pero no es común. Esto quiere decir que o son enfermedades con un origen genético muy complejo o son debidas a causas ambientales o a una mezcla de ambas. Se ha comprobado que el contacto incontrolado con pesticidas, herbicidas, etc, ha generado un incremento del Parkinson en zonas rurales del continente asiático.

El drama de estas enfermedades neurodegenerativas es queÉ

Cuando aparece el primer síntoma, muchas neuronas ya se han muerto. Y son irrecuperables. Se intenta realizar el diagnóstico lo más precoz posible. Se está trabajando en las técnicas de diagnóstico no invasivo por imagen.

¿Qué se puede hacer?

El objetivo de la terapia celular para las enfermedades neurodegenerativas es reemplazar células perdidas mediante el transplante de neuronas producidas en la placa de cultivo. Si se implantan células en el cerebro éstas no parecen reemplazar a las neuronas perdidas; pero, a través de moléculas que secretan, mejoran la salud de las neuronas que todavía siguen vivas, frenando el Alzheimer o el Parkinson.

¿Desde cuándo se conoce la terapia celular?

En la década de los 80, en Suecia ya se desarrollaban estrategias neurorreparadoras basadas en transplante. Se realizaron transplantes de neuronas dopaminérgicas procedentes de fetos humanos porque el cerebro tiene pocos rechazos, es un territorio relativamente privilegiado a nivel de inmunidad. El problema era que hacían falta seis fetos para hacer un transplante a un enfermo de Parkinson.

Y llegan las células madre.

Las células madre, sea cual sea su origen, proporcionan una fuente muy abundante de células plásticas, las cuales podemos inducir a diferenciarse según lo que necesitemos, en este caso, en neuronas dopaminérgicas. Así se están considerando como alternativa al tejido fetal en el caso de la enfermedad de Parkinson y se están valorando células madre embrionarias, de cerebros fetales e incluso células de la médula ósea. En el caso del Alzheimer, su naturaleza difusa hace difícil pensar que un implante pueda ser hoy en día viable.

El equipo que dirige usted ha descubierto una molécula que puede implicar un gran avance. ¿Qué es PEDF?

Como en nuestros cerebros existen de forma natural células madre que producen nuevas neuronas, nuestro objetivo es entender su comportamiento y las moléculas que lo regulan para averiguar cómo modularla y mejorar su función. En el laboratorio, intentamos reproducir el entorno celular para estudiar el proceso de autorrenovación, ya que las células madre tienen la gracia de preservarse a ellas mismas y dar lugar a hijas diferenciadas. Así, analizando las del hipocampo y el bulbo olfatorio, descubrimos la molécula PEDF (factor neurotrófico derivado del epitelio pigmentario de la retina).

¿Cómo actúa?

La molécula logra que se activen las células madre en el cerebro para que se reproduzcan de forma controlada y generen así más neuronas, tanto en el hipocampo como en el bulbo olfatorio. Esto abre la posibilidad de que podamos inducir la generación de nuevas neuronas en el cerebro sin transplantes.

Entonces. ¿Será posible la regeneración de las neuronas?

No hay imposibles, hay ciencia por hacer. El avance científico es imparable y la actividad investigadora en el ámbito de la biomedicina es muy intensa. Pero los frutos casi nunca son inmediatos.