Polémica

El concejal de Vía Pública y Poblados Marítimos del Ayuntamiento de Burriana, Pedro Sancerni, cargó contra la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). "Hemos pedido una reunión urgente con la CHJ para realizar una actuación conjunta porque cuando el río Anna baja con agua hemos llegado a recoger electrodomésticos, sillas, mesas y miles de toneladas de cañas en la desembocadura". Además, Sancerni explicó que la propia CHJ había denunciado al consistorio por haber limpiado el cauce. "Sólo quitamos cañas y limpiamos y nos dijeron que realizamos una actuación demasiado agresiva", apuntó. El concejal pidió "máxima diligencia" ante la llegada de las lluvias, no así al Consell.

En Vinaròs la brigada verde del ayuntamiento y la brigada del Pamer están procediendo a la limpieza de cauces de ríos y barrancos en previsión de avenidas de aguas. El primer teniente alcalde y edil del área de Agricultura, Javier Balada, explicaba que "como cada año se trabaja en limpiar los cauces de ríos y barrancos" del término municipal, así la brigada verde municipal a parte de limpiar cunetas se dedica también a limpiar cauces, así como la brigada del Pamer".

Con los deberes hechos

La comarca de la Ribera puede presumir de empezar el curso en septiembre con los deberes hechos. O casi todos. Tanto la CHJ como los respectivos ayuntamientos se han esmerado este verano en limpiar a fondo de cañas y desperdicios los principales barrancos y afluentes del Xúquer -especialmente el Albaida y el Magro- para evitar inundaciones de cara al otoño. La gran excepción, sin embargo, la protagoniza el río Sellent que, un año más, presenta un estado "lamentable", según afirma el alcalde de Cotes, José Gozálvez. Este afluente, con una longitud de 14 kilómetros desde su nacimiento al sur de Enguera, es uno de los arroyos que más caudal punta aporta al Xúquer durante las riadas. A pesar de ello, denuncia Gozálvez, la CHJ "no se ha molestado" en limpiar el cauce del Sellent, que se encuentra pleno de cañas y vegetación, pese a las continuas insistencias de los alcaldes de los municipios colindantes.

En el ojo del huracán

La mayoría de los cauces y barrancos de Dénia no están, por el momento preparados por si llega la gota fría. El ayuntamiento ha iniciado los trabajos de limpieza, pero no tiene previsto finalizarlos hasta el 24 de septiembre. Además, en lo que respecta a cauces fluviales, es la CHJ la competente para actuar en ellos, y por el momento tampoco lo ha hecho. Es el caso, por ejemplo, del río Girona, el cauce cuyo desbordamiento ocasionó en octubre de 2007 las más dramáticas inundaciones que se han producido en décadas en la Marina Alta, y en las que hubo que lamentar incluso una víctima mortal en El Verger. Esta semana, los vecinos y veraneantes de las urbanizaciones ubicadas junto a la desembocadura del río en el mar, en término de Dénia, han alertado de que el cauce está cubierto totalmente por algas marinas que podrían obstruir el paso del agua bajo el puente de la carretera de les Marines. Los vecinos lo han comunicado tanto al ayuntamiento como a la CHJ, pero siguen esperando a que se lleve a cabo la limpieza. También se aprecia presencia de vegetación en el río Alberca. No obstante, tanto aquí como en el Girona es sustancialmente menor la presencia de vegetación de ribera que en años anteriores. La limpieza por la CHJ ha sido intensiva precisamente a raíz de la riada de 2007, de la que muchos culparon en parte a la presencia de cañas y vegetación en los cauces.También en el litoral sur de Dénia, el de les Rotes, queda todavía pendiente trabajo para despejar los numerosos barrancos que descienden desde el Montgó hasta el mar. Es el caso del Barranc del Monyo, plagado de vegetación y residuos.

El Ayuntamiento de Dénia ha empleado la subvención anual del Plan de Mejora del Empleo Rural (Pamer) de la Conselleria de Economía para llevar a cabo la limpieza de 7 barrancos del término municipal. Concretamente, los cauces en los que se está actuando por parte de la brigada de 5 trabajadores contratada con la subvención son los de la Cova de l'Aigua, el Racó del Bou, Saladar, Sant Joan, Santa Llúcia y Calafat.

El Palancia

La Confederación Hidrográfica del Júcar es la principal responsable de los trabajos de limpieza del cauce del río Palancia a su paso por el Camp de Morvedre. Pese a ello, localidades de la Baronía como Algar del Palancia, Alfara d'Algímia, Algímia d'Alfara, Gilet y Segart realizan algunas actuaciones auxiliares en caminos, eliminación de vertidos ilegales y algunos barrancos, en la mayoría de los casos aprovechando los programa de empleo público del Pamer. Además, los consistorios advierten a la CHJ sobre las zonas y tramos de río en peor estado, como los barrancos del Melic y de Aljub en Albalat dels Tarongers.

En la zona de les Valls, Benifairó ya ha iniciado la limpieza de los barrancos de la Pedrera, la Canaleta, el Tabalet y el Piporro, además de promover la limpieza de diferentes caminos. Por su parte, Quart hizo un esfuerzo de limpieza de barrancos el pasado ejercicio y este año está centrando sus labores de prevención en la retirada de residuos de barrancos con Codoval y l'Artet. Igual que en la otra subcomarca del Camp de Morvedre, los municipios de les Valls intensifican sus reclamaciones al CHJ para que actúe en las zonas de su competencia.

Sagunt, la capital comarcal, centra su atención estos días en la zona de Almardà, uno de los principales puntos negros en periodo de fuertes lluvias. Para ello se está procediendo desde hace unas semanas a la limpieza de las acequias del Rey y Gabau junto al marjal.

La "gota fría" acecha, como todos los otoños, y muchos cauces distribuidos por toda la geografía valenciana no están preparados para recibir el aluvión de agua y lodo que provocan las lluvias torrenciales. La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), responsable de la "policía" de cauces, asegura que hace "lo que puede, que es mucho" y presenta como argumento principal el incremento "espectacular" de las inversiones en los últimos años, que han pasado de los 253.000 euros de 2002 a situarse cerca los 18 millones, con un punto de inflexión en 2007, cuando las lluvias extraordinarias del río Girona pusieron en evidencia el efecto multiplicador que tiene en el balance final de daños la suciedad acumulada en los cauces.

Sin embargo, las fuentes admiten que es "imposible" llegar a todos los sitios pese a que las actuaciones, que arrancaron hace más de una década en colaboración con el INEM, se incrementan y se sistematizan para aumentar la frecuencia de intervención en los barrancos más problemáticos.

Entre las razones que impiden una mayor efectividad figuran las alteraciones/y ocupaciones de cauce; la construcción de infraestructuras de paso inadecuadas; la utilización de los cauces como vertederos; la alteración de su morfología para la extracción de áridos; la repetición de los incendios forestales y, por último, la imparable expansión de la "Arundo donax" o caña común, que esta colonizando todos los cauces valencianos.

A estos factores técnicos cabría añadir los políticos derivados de la difusa frontera competencial sobre los barrancos que comparten la Generalitat Valenciana y el Ministerio de Medio Ambiente. La guerra dialéctica que se desató tras las inundaciones del Girona en octubre de 2007 abrió una brecha. Algunos ayuntamientos afectados -todos los del Partido Popular- y la Conselleria de Medio Ambiente responsabilizaron a la CHJ de tener "sucios" los cauces.

La CHJ tiene competencias a la hora de evitar que nadie construya u ocupe los cauces, para autorizar puentes, infraestructuras de paso y otros obstáculos que no entorpezcan o cambien el curso del agua y para construir encauzamientos, en colaboración con la Generalitat -Plan Patricova- en los puntos más conflictivos.

Sin embargo, los residuos son competencia municipal y autonómica, y a estas instancias corresponde evitar y perseguir a quien deposita una lavadora o abandona un coche en un barranco que después tapona los ojos de un puente. También los incendios y su prevención son competencia autonómica, así como el combate contra las especies exóticas como la "Arundo donax". Por último, y puestos a soltar lastre cuando arrecian los ataques, en la CHJ se recuerda extraoficialmente que el Estatuto de Autonomía de la Comunitat Valenciana obliga a la Generalitat a asumir todos los pequeños cauces y barrancos costeros, los más problemáticos. Sin embargo, la Conselleria de Medio Ambiente no ha querido asumir esa responsabilidad hasta ahora.

Un cañar que lo invade todo y se lleva el agua

La "Arundo donax" o caña común es en realidad una planta exótica naturalizada que llegó con los españoles desde América alrededor de 1700. Sin embargo, su expansión arranca hacia 1969, cuando empieza a invadir cauces enteros que habían sido previamente "laminados" por una riada. La Conselleria de Medio Ambiente y varias universidades, entre ellas la de Alicante, trabajan buscando fórmulas para su control. Los rizomas o raíces de la planta invaden el lecho, impidiendo la libre circulación de las aguas de crecida. En los ríos mediterráneos el primer frente de una avenida suele estar formado por un amasijo de grandes bolos de piedra y otros elementos que levanta a su paso toneladas de cañas y sus raíces. Cuando esta marea de suciedad encuentra un obstáculo en un puente o un vado se queda retenida formando una presa que saca las aguas del cauce y multiplica los daños y el riesgo. Además, las cañas pueden llegar a absorber por completo el caudal de los pequeños ríos.

j. sierra valencia