Las previsiones que se hacen ya de lo que puede llegar a costar la construcción del Ágora de Santiago Calatrava rondan los 90 millones de euros, según han confirmado a Levante-EMV fuentes conocedoras del proyecto. Esta cifra supone el doble de lo que se presupuestó cuando se adjudicó el proyecto inicial.

Dichas fuentes además, aseguran que las certificaciones de obra de lo que se ha construido y tiene ya la aprobación del promotor, la Ciutat de les Arts, suma ahora mismo alrededor de 45 millones de euros, es decir, una cantidad similar a la prevista cuando se dio comienzo al proyecto. Hasta ahora, la última cifra de coste que había admitido la Generalitat sobre esta plaza cubierta gigante era 60 millones de euros.

Desde que se iniciaron las obras del Ágora, como ya es habitual que ocurra durante los trabajos de construcción de los edificios de Santiago Calatrava, se han realizado numerosas modificaciones y rediseños que han conducido a aumentar considerablemente el coste de la edificación del recinto. A todo esto se añaden las subidas en el precio del acero con las que se ha encontrado la obra, lo que en alguna ocasión ha obligado a renegociar el precio acordado al principio con los proveedores.

Todos estos rediseños no sólo provocan un sobrecoste de las obras, también están produciendo su retraso y que no cumplan con su compromiso de llegar completamente concluidas y con las instalaciones perfectamente preparadas al Valencia Open 500 de tenis de noviembre. Además, sin la construcción terminada, la obra sobre el edificio tendrá que pararse durante el torneo del tenis y acondicionarse aunque sea de forma provisional para, una vez finalizado el torneo, retomarla y acabarla, y esto supone otro sobrecoste no previsto en el presupuesto inicial. Esta fórmula de inauguración, cierre y, de nuevo obras hasta su terminación ya se produjo con las últimas dos realizaciones de Calatrava en Valencia, el Palau de les Arts y el puente de l'Assut de l'Or.

Gradas con más inclinación

En los trabajos de adaptación del Ágora para la celebración del que será su acto inaugural, el torneo de tenis, son varios los problemas encontrados que habrán de ser resueltos. Entre ellos destaca el rediseño de las gradas para espectadores. La forma de elipse que presenta la estructura del Ágora no permite construirlas de una manera convencional. Con la pista en el centro, el espacio disponible es menor y se perdía un importante número de asientos, por lo que se ha tenido que variar el ángulo de inclinación de las gradas para elevarlo.

Además, como ya publicó Levante-EMV, otro de los costes no esperados con los que ahora se encuentra el proyecto es la escasez de aseos que el arquitecto incluyó, cuestión que continúa sin resolverse. El Ágora no tiene cuartos de baño para dar servicio a más de 3.000 personas y según las previsiones, el Open de Tenis podría acoger a más de 5.000. La construcción de más aseos supondría tener que derribar varios de los muros de hormigón de medio metro de espesor que se sitúan en los bajos del edificio, así como la instalación de nuevas canalizaciones o el cambio de distribución en la zona de equipamientos.