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El 40 por ciento de las personas fallecidas a causa de la gripe A en todo el mundo eran personas adultas y sanas, mientras que el 60 por ciento restante corresponden a infectados que ya tenían problemas de salud previos, según reveló ayer la directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan.

Según Chan, el virus de la nueva gripe "viaja a una velocidad increíble, inédita", de manera que "en seis semanas ha recorrido la misma distancia que otros virus en seis meses".

El virus de la gripe H1N1, considerada ya la primera pandemia del siglo XXI, ha provocado la muerte de al menos 2.185 personas en el mundo, y existen más de doscientas mil que están infectadas. En España el pasado viernes se produjo la vigésima primera muerte, una mujer ingresada en el hospital de Albacete.

Lo que más preocupa a las autoridades sanitarias es el hecho de que cuatro de cada diez fallecidos en el mundo sean jóvenes adultos que, según señaló la directora de la OMS, "mueren en cinco o siete días a consecuencia de una neumonía vírica".

El organismo internacional que trata de coordinar las acciones en todo el mundo para hacer frente a la pandemia también ha informado que se está detectando una nueva forma de la gripe A que ataca de forma severa a los pulmones de personas sin enfermedades previas y que requiere un tratamiento hospitalario costoso.

Ante ese nuevo escenario, la OMS ha solicitado que los departamentos de salud de todo el mundo "necesitan anticiparse ante el posible aumento en la demanda de unidades de cuidados intensivos, que podrían verse colapsadas por un incremento repentino en la cantidad de casos severos".

En su informe semanal sobre la pandemia, la OMS advierte que en la nueva cepa detectada el virus ataca directamente al pulmón de personas sanas, de manera que causa insuficiencia respiratoria severa, y advierte a los países del hemisferio norte, entre los que se encuentran todos los europeos, que se preparen "para la expansión de una segunda ola de la pandemia".

Pese a todo, esta nueva gripe está muy lejos de causar las entre 250.000 y 500.000 muertes que la gripe estacional se cobra cada año en todo el mundo.