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Cayeron fulminados mientras eran embolados pero nadie ha abierto una investigación para averiguar cual o cuáles fueron las causas que llevaron a cuatro toros a desplomarse de manera repentina en la Pobla de Farnals, el pasado fin de semana. Ni el veterinario de zona, ni la conselleria de Gobernación -encargada del cumplimiento del reglamento de bous al carrer-, ni la de Sanidad -administradora de las reses solo en el caso de que lleguen vivas al matadero-, ni la de Agricultura -responsable de abrir un expediente pero sólo "a instancias de un informe o denuncia"-, ni el Ayuntamiento de la Pobla de Farnals, ni la peña que compró las reses, ni la ganadería que las vendió. Eso sí, todos coinciden al calificar de "extraña" la muerte de los cuatro toros que cayeron fulminados, uno detrás de otro, en un breve lapso de tiempo.

Desde la Conselleria de Gobernación explicaron que su competencia se limita a "que se cumpla el reglamento de bous al carrer, pero si los toros han muerto por causas desconocidas nosotros no podemos hacer nada". Desde la Conselleria de Sanidad añadieron que la responsabilidad es de Agricultura ya que "nosotros somos responsables de las reses que llegan vivas al matadero para comercializar su carne después de los festejos taurinos. Si los animales llegan muertos, no hay venta posible, por lo que no es competencia nuestra abrir una investigación". De quien si es competencia -según el propio Consell- es de la Conselleria de Agricultura. Sin embargo, fuentes de la misma afirmaron que "la administración no inicia expediente alguno si no existe una solicitud o denuncia por parte del veterinario de la zona o del matadero al que hayan llegado las reses". Es más, las mismas fuentes puntualizaron que "si alguien hubiese avisado a la conselleria antes de incinerar las reses se hubiera enviado un técnico al matadero o a la ganadería, pero no fue así y la Conselleria de Agricultura no ha recibido ningún informe del veterinario responsable, ni del matadero, ni de nadie". Además, las mismas fuentes puntualizaron que el Consell "no puede investigar" a las ganaderías que no son de la Comunitat Valenciana.

"En perfectas condiciones"

Tres de los animales cayeron fulminados el pasado viernes, mientras que el último falleció el sábado. Los cuatro toros participaron en las entradas diurnas, y fallecieron en las nocturnas, mientras les sujetaban las astas para colocarles las bolas de fuego. El martes, 25 de agosto, salieron "en perfectas condiciones" de la finca sevillana de la ganadería de Gabriel Rojas, según afirmó ayer Gabriel Molina, uno de los responsables de la empresa ganadera.

Es más, Molina añadió que las reses "contaban con todos los papeles en regla y con los registros pertinentes". Por ello, el ganadero tampoco entienden "qué extrañas circunstancias, o mejor dicho, que cúmulo de lamentables circunstancias" llevaron al fallecimiento de los morlacos. Eso sí, el ganadero puntualizó que los toros "no son coches", es decir, que a los animales "les pueden haber afectado un cúmulo de cosas porque también es cierto que un toro no se muere, solamente, por estar a 40 grados, ni por no beber en un día, ni por el estrés del viaje, ni por pegarse un atracón a comer, ni poder ingerir algo en mal estado... Otra cosa es que haya sufrido una serie de trágicas circunstancias que hayan llevado a su muerte repentina". Sin embargo, Molina, con 20 años de experiencia en la ganadería Gabriel Rojas, aseguró que "jamás había visto un caso similar de cuatro muertes casi simultáneas".

Los cuidados "de siempre"

Además, Molina puntualizó que "los animales no murieron por haber sido maltratados, ni nada por el estilo. Igual vienen estresados del viaje y no comen en horas y luego se pegan un atracón de más kilos de los que deberían. Al animal lo cuidaron como siempre". Sin embargo, la peña se negó a que les practicaran la autopsia porque el análisis costaba más del valor de los animales que, en este caso, ascendía a 10.000 euros.

El menor corneado en Vilavella sigue grave en el hospital de Vila-real

El joven de 17 años que fue corneado el pasado lunes por un toro en la localidad castellonense de Vilavella sigue grave en el hospital de La Plana de Vila-real, aunque evoluciona favorablemente, según fuentes del centro hospitalario.

El herido podría recibir el alta médica hoy o mañana, si la evolución sigue siendo la misma, según las mismas fuentes.

La cogida del menor se produjo durante un acto taurino celebrado en la tarde del lunes en el municipio, concretamente a las 19.30 horas. Como consecuencia del incidente, el joven, vecino de Faura, sufrió una herida en el abdomen, de la que fue intervenido quirúrgicamente en el Hospital de La Plana. Las mismas fuentes añadieron que la cornada no afectó a ningún órgano vital.

Fuentes de la Plataforma Antitaurina de Valencia añadieron que el mayor problema de los "bous al carrer" es que "son espectáculos públicos" donde "tiene acceso libre todo el mundo" y no "solo puede resultar corneada la persona que se coloca delante del toro, ni mucho menos".

Es más, desde la entidad antitaurina puntualizaron que "todos los años hay entre dos y seis muertes por fallecimiento de asta de toro en festejos populares, y muchas de ellas son personas que se encontraban en la barrera, disfrutando de los festejos. No se trataba de personas que estaban corriendo delante del morlaco. Si un toro te engancha, a la vista está que mata. Esta fiesta es peligrosa porque, además, lo lógico -si celebran actos taurinos en tu pueblo- es que te asomes y los veas. Pero, en ocasiones, pueden acarrear un peligro del que mucha parte del público no es del todo consciente, menores incluidos".