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Con toda naturalidad regresa hoy a la docencia en la EPA de la Font de Sant Lluís. 24 horas después de renunciar a su acta para que la líder de EU, Marga Sanz, gane proyección pública desde las Corts. A sus 59 años -diez de diputada- deja la primera línea pero promete que jamás se jubilará como militante de izquierdas.

Dice que el nivel del debate político ha bajado mucho. ¿Está presuponiendo que hay debate?

Antes había debate, ahora, descalificación sin argumentos. Echo en falta debates como los que yo mantenía con el socialista Jesús Puig. Se ha empobrecido mucho la vida política. Es más, ahora hay gente que se dedica la política como forma de ganarse la vida. Incluso he escuchado a veces decir desde el PP: "no me politice usted esto o aquello". Pues si en las Corts no se politiza ya me dirá...

¿Su peor momento político fue el día en que sus ex compañeros de Bloc e Iniciativa la apartaron de portavoz al mes de constituirse el grupo Compromís?

Sin duda. Lo peor fueron las formas utilizadas para hacer esa jugada. Todavía no me lo puedo explicar. Hay gente que acepta que en política se puede ganar o perder y otros no se resignan. Pero han sido más los buenos momentos. La campaña electoral de Compromís fue un buen momento, como lo fue la asamblea de IU que eligió a Cayo Lara, o la última de EU, cuando elegimos a Marga Sanz y se reconoció el trabajo hecho...Pero, sobre todo, las charlas con los afiliados cuando te han invitado a colectivos.

¿El mayor error político de su carrera fue firmar el pacto que ni usted ni su partido querían?

El error fue dejarnos convencer, por parte de líderes de opinión de sectores progresistas, de que otros firmaban el pacto de buena fe. Pero no me arrepiento de haber intentado sumar fuerzas para intentar desalojar al PP del poder.

¿A la izquierda le faltan ideas o clientela que las compre?

Hay una enorme brecha entre las propuestas e ideas de la izquierda y la mayoría de ciudadanos, que percibe de forma separada sus problemas y las elecciones. Tiene que ver con el descrédito de la política y es peligroso. Esa realidad y el bipartidismo imperfecto se retroalimentan. Llegar al bipartidismo es alcanzar el encefalograma plano en la política.

Con su Convocatòria Ciutadana pel País Valencià, EU quiere conectar con los movimientos críticos ¿Para qué si, por ejemplo, donde actúa Salvem el Cabanyal el PP también arrasa?

La brecha también existe entre la mayoría y los activistas de mil causas. A veces me pregunto dónde están los 450.000 parados valencianos, cómo es posible que hay millones de parados y la gente se moviliza para ver a Ronaldo o Kaká.

¿No cree que tras el desenlace de Compromís, es difícil seducir a la izquierda desencantada?

Le mentiría si dijera que no hay mucha gente que se siente traicionada. Yo pedí perdón a los que habíamos reclamado el voto, pero no acepto el entreguismo. Yo seguiré luchando contra la resignación a que siga triunfando el cohecho impropio. Me voy de la primera línea pero no me jubilo de militante de EU con todo lo que significa.

¿No pensará convertirse en una política retirada de esas que molestan más que un jarrón chino, que diría Felipe González?

Estoy voluntariamente al margen de la ejecutiva y aunque no creo que nadie lo haga aviso de que es inútil intentar que haga de padre o madre políticamente hablando.

¿Antes del día de su entierro y el de Ribó, Mollà o Morera, se restablecerá la relación personal?

Lo más complicado es recomponer la relación personal. Se han traicionado muchas confianzas.