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¿Puede ser ética una misma actuación política en 1991 y un escándalo contra la democracia en 2009? Para el jefe del Consell, Francisco Camps, sí. Todo depende de lo que decidan los dos grandes partidos que se alternan el poder en España. Camps aseguró ayer que la moción de censura presentada por Eduardo Zaplana en 1991 con el apoyo de la tránsfuga socialista Maruja Sánchez y el aval público del entonces vicesecretario del PP, Mariano Rajoy, no es comparable a la que ahora impulsan doce ex ediles del PSOE con el tránsfuga del PP, José Bañuls. La razón: "No había un pacto contra el transfuguismo firmado por los dos grandes partidos". El presidente de la Generalitat se esforzó ayer por establecer diferencias entre el caso de 1991 y otros más recientes como el de Dénia, la Vila Joiosa o la Vall de Laguar con la próxima moción de la capital de la Marina Baixa. A preguntas de los medios de comunicación tras su reunión con la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, Camps dijo hay una "distancia infinita" entre los distintos asaltos a ayuntamientos.

El jefe del Consell recurrió al argumentario habitual empleado estos días por los populares. En la Vila Joiosa "fue un independiente el que dio el apoyo al PP, que además ganó las elecciones". "Excepto la distancia, que es muy corta respecto al espacio, la distancia política es infinito", insistió. Sobre Dènia remarcó que el acceso a la alcaldía fue gracias "a un grupo de partido políticos, hasta seis formaciones diferentes". Obvió que uno de ellos fue Juan Collado, desertor de las filas socialistas. A la Vall de Laguar ni la citó.

La comparación con casos en los que el PP ha recurrido a tránsfugas para hacerse con alcaldías está molestando a los populares a la hora de defender su posición en Benidorm. Ayer el líder del PP se mostró incómodo en una entrevista en RNE. "Que no se ande con historias de otros ayuntamientos", pidió al PSOE "Se trataba de candidaturas independientes", dijo sobre la Vila. "Había cinco o seis candidatos que hacían ingobernable el ayuntamiento", añadió sobre Dènia. Rajoy insistió sobre una presunta trama económica en Benidorm: "Detrás de eso se empieza a hablar de temas urbanísticos, de personas que son propietarias de medios de comunicación". "Algo huele a podrido en Benidorm", repitió.