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El secretario general del PP, Ricardo Costa, salió ayer al paso de las últimas revelaciones que apuntan a una posible financiación ilegal del partido a través de algunas constructoras. Costa anunció que remitirá de nuevo la contabilidad del PP al Tribunal de Cuentas "para que sea fiscalizada públicamente por segunda vez", al tiempo que encargará, a petición del presidente del partido, Francisco Camps, a una auditoría internacional "un análisis privado de las cuentas, cuyas conclusiones" serán publicadas.

El dirigente afirmó que "ante las falsas acusaciones del PSOE y del Gobierno sobre las cuentas populares", "no tenemos nada que ocultar porque nuestras cuentas son claras y transparentes".

Transcribir "íntegramente"

Por su parte, el vicesecretario de Organización del PP, David Serra, instó a que se transcriban "íntegramente" las conversaciones que aparecen plasmadas en los medios y opinó que "se han retorcido" sus palabras. Serra es uno de los protagonistas de las conversaciones reveladas ayer por Levante-EMV, en las que queda claro que el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, estaba al tanto de los tratos con la trama. Serra afirmó ayer que estas conversaciones no corresponden a "ninguna situación irregular" sino a "unos comentarios relativos a informaciones aparecidas [Levante-EMV] referente a que Orange Market que tenía que ampliar documentación ante la Sindicatura de Cuentas".

Por su parte, el líder del PSPV, Jorge Alarte, anunció que su partido tomará "nuevas medidas" si el PP no ofrece "una respuesta clara" a la solicitud de constituir una comisión de investigación sobre la supuesta financiación ilegal.