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El secretario general del Partido Popular, Ricardo Costa, dejó ayer bien claro que por el momento ni se plantea abandonar su cargo pese a las revelaciones que supuestamente le vinculan con la trama Gürtel. "A los dirigentes del PP no hace falta que nos digan cuando hay que dimitir; si se demuestra alguna irregularidad cometida por algún dirigente del PP, ese dirigente automáticamente abandonará sus responsabilidades", afirmó a preguntas de los periodistas.

La respuesta no es gratuita. Las informaciones relacionadas con el informe elaborado por la Brigada de Blanqueo de Capitales de la Policía, que acusa a la cúpula del PP valenciano de haberse financiado de forma ilegal, sitúan a Costa en el centro de la polémica. Según dicho informe, el vicepresidente del Consell, Vicente Rambla, el propio Costa -que estuvo imputado por el asunto de los trajes, posteriormente archivado-, el vicesecretario del PP, David Serra, y la tesorera, Yolanda García, estaban al tanto de la operativa financiera irregular.

Con esta situación de desgaste político y en vísperas de un debate de la situación autonómica en el que Costa hablará en nombre de su partido, el 'número dos' popular aseguró que no existen dudas internas en el PP sobre su liderazgo ni se siente cuestionado.

Lo cierto es que Costa se enfrenta a horas difíciles. Preguntado al respecto, el síndic del PP aseguró que sí se ve tomando la palabra en el debate de mañana martes; un debate, el de este año, que la oposición -muy beligerante desde que estallara el caso- utilizará como principal argumento. Con esta situación, y ante el goteo constante de revelaciones acerca del caso, algunos voces dentro del partido apostarían por relevar al secretario general como medida quirúrgica.

"Apoyo" de todos, menos Ripoll

Sin embargo, numerosos responsables y referentes del PP de la Comunitat Valenciana cerraron filas con Costa y salieron ayer en tromba para respaldar al secretario general del partido. La alcaldesa de Valencia, Rita, Barberá, Alicante, Sonia Castedo, y el de Castelló, Alberto Fabra, emitieron comunicados de "apoyo" al secretario general; al igual que los secretarios generales del PP de Valencia, Alfonso Rus, y de Castelló, Carlos Fabra.

Otro de los apoyos destacados recibidos por Costa provino del vicepresidente del Consell Gerardo Camps, quien aseguró que el dirigente cuenta con la confianza de "todo el PP". El argumento fue el mismo en todo caso: existe una campaña "orquestada en contra de todo el partido".

Con todo, el apoyo no fue unánime. El presidente de los populares alicantinos, José Joaquín Ripoll, fue el único líder territorial que no acudió al cierre de filas organizado para respaldar a Ricardo Costa. Precisamente, Ripoll, distante políticamente de Francisco Camps, ha sido el único que en público se ha salido del argumentario marcado en la sede de la calle Quart: "Si el informe del contenido policial es real, sería un hecho muy grave y habría que tomar medidas", dijo tras conocerse la presunta financiación ilegal.

Si hoy se celebrasen elecciones autonómicas, el PP dispararía su presencia en las Corts hasta los 57 escaños, tres más de los que ostenta actualmente y que ganaría a costa del PSPV, que bajaría de 38 a 35 actas. Es el dato más relevante de la encuesta encargada por el PP y realizada entre el uno y el doce de septiembre, días antes de que se conociese el informe policial de la Brigada de Blanqueo que apunta a la supuesta financiación ilegal del partido. Con todo, el secretario general del PP, Ricardo Costa, señaló que no presenta la encuesta para correr "una cortina de humo" sobre las revelaciones del caso Gürtel: "El PP hace encuestas para poner de manifiesto si hace las cosas bien", apuntó.

En cuanto al porcentaje de voto, el sondeo señala que el PP alcanzaría el 54,1% de los votos, que sería el mayor registro alcanzado por un partido en la Comunitat. En términos absolutos, la diferencia alcanzaría el medio millón de votos, señaló Costa. En cuanto al reparto territorial de los escaños, el PP arrebataría al PSPV tres, uno en cada circunscripción. Respecto al análisis de los resultados, Costa opinó que el sondeo "pone de manifiesto que la gente cree en Francisco Camps"; y tuvo un recuerdo para el PSPV, cuando señaló que su secretario general, Jorge Alarte, obtendría "los peores resultados del PSPV en unas autonómicas".

La encuesta, con un tamaño de 1.204 entrevistas y un error muestral de +/- 2,88, incluye también preguntas acerca de la moción de censura de Benidorm. En ese sentido, el 67,3% de los encuestados cree que tras la moción puede haber intereses económicos o urbanísticos.