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Que la federación de sociedades musicales agrupe a 524 bandas de la Comunitat Valenciana y aglutine a más de 200.000 socios, 40.000 músicos y 60.000 educandos no ha servido para impedir que la Generalitat les corte el grifo. Tres datos explican la protesta oficial que ha elevado el presidente de las bandas valencianas por el recorte sufrido. A finales de los años 90, la Conselleria de Educación cubría el 70% de los gastos de personal docente de las escuelas de música. En 2009, esa cobertura pública bajará al 27,3% del gasto, y el resto deberá ser financiado por los educandos y las propias sociedades musicales.

El segundo recorte atenta directamente contra el corazón de la federación. La subvención anual del Instituto Valenciano de la Música (IVM) a la federación de bandas ha caído a casi la mitad en dos años: mientras que en 2007 superó los 983.000 euros, en 2009 rondará los 550.000 euros de ayuda, a tenor del recorte sufrido por el IVM.

Por último, el tercer tijeretazo lo han sufrido en la línea de ayudas abierta por el IVM para subvencionar la compra de instrumentos. En 2006 contaban con 200.000 euros. Este año, la dotación queda limitada a 118.000 euros. Es decir: cada educando saldría a dos euros de subvención para adquirir su nuevo instrumento.

Es cierto que es época de recortes en todas partes. Sin embargo, el presidente de la federación de bandas de música, Josep Francesc Almeria, sospecha que este tijeretazo escalonado va más allá de la crisis y que responde a un objetivo premeditado: "ir ahogando a un colectivo de la sociedad civil muy incómodo para la Generalitat, que dice lo que piensa y que en los últimos tiempos ha expresado con datos sus reivindicaciones", afirmó ayer a este diario el presidente de la federación autonómica de bandas.

Pese a todo, Almeria recalcó que su federación "no hace política". "Lo que teníamos que decir lo hemos dicho siempre desde el punto de vista del asociacionismo, sin contenidos políticos", dijo.