El colectivo de hombres que practican sexo con hombres (HSH) que incluye a homosexuales, bisexuales y heterosexuales con relaciones esporádicas se ha vuelto a convertir en la generación maldita del sida de finales de los ochenta y principios de los noventa de la que formaron parte Rock Hudson (+ 59), Anthony Perkins (+ 60), el cantante Freddie Mercuri (+45 ) el pintor Keith Haring (+ 31) y el fotógrafo R. Mapphethorpe por la avalancha de casos seropositivos que afloran desde hace unos meses.

Seis de cada diez nuevas notificaciones de infección afectan a personas del grupo HSH, una cifra estremecedora si se compara con la de hace solo nueve años en la que los contagios por esta práctica de riesgo suponían solo el 13%, según la Conselleria de Sanidad.

Los datos epidemiológicos de siete autonomías (entre ellas la Comunitat Valenciana) recogidas en 2007 por el Ministerio de Sanidad que indicaban que el 42,8% de los nuevos casos eran de homosexuales anunciaban que esta práctica se había convertido en el principal mecanismo de transmisión.

En estos dos últimos años la infección sigue creciendo y el colectivo homosexual se ha convertido en el grupo comunitario con la carga viral más alta, ya que al contar con el mayor número de contagiados y ser un grupo cerrado, hay más números en el bombo para infectarse con el VIH, sobre todo si no se usa preservativo.

El psicólogo y sexólogo Rubén Sancho apunta a varios factores: los avances médicos que han llevado a perder el miedo al sida porque, afortunadamente, la enfermedad se ha cronificado y la vida ya no está en juego, aunque los efectos secundarios de los tratamientos son numerosos; la invisibilidad de las personas afectadas que ya no tienen el aspecto demacrado de antaño y el falaz supuesto de quien cree que no saber que está infectado es no estarlo, que es un 30%, "por lo que la probabilidad de tener contacto con un portador del virus es muy alta", agregó.

Y el más importante: la carencia de una educación sexual integral, según destaca Rubén Sancho que comentó que hay jóvenes que ignoran que los preservativos de sabores son para sexo oral y que lamentablemente se quejan de que muchas veces se les rompen.