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Ocho estudiantes de la Universitat de Valencia y de la Politécnica presentarán a principios de mes en el prestigioso concurso iGEM (Competición internacional de Ingeniería Genética), que se celebra en el MIT (Massachussetts Institute of Technology), un proyecto pionero en el mundo por el que han conseguido que células de levaduras que fueron modificadas genéticamente con una proteína de medusa emitan un destello de luz tras someterlas a una descarga eléctrica, según informó a Levante-EMV Carles Palanca, estudiante de Bioquímica y miembro del equipo.

La investigación que está encuadrada dentro del novísimo campo de la Biología Sintética competirá con trabajos de las cien mejores universidades del mundo.

En su exposición, los estudiantes harán una simulación de una pantalla básica de TV con la luz que emiten las células, que actuarán a modo de pixeles. El trabajo ha sido supervisado por los profesores Manel Porcar, Arnau Monmtagud y Emilio Navarro.

El equipo de universitarios está formado por Juny Crespo, Cristina Vilanova, Guillem Marco, Sara Rivera, Ángeles Hueso, Miguel Pitarch y Eduardo Otero.

Las células que se han utilizado en el proyecto son de levadura a las que se les ha agregado una proteína (aequorina) de medusa y las ha facilitado la Universidad Autónoma de Barcelona.

Los estudiantes aplicaron descargas eléctricas sobre las células que abrieron unos canales por los que entró el calcio que al unirse con la aequorina emitió el destello de luz. El objetivo final del proyecto es crear una pantalla de televisión con células modificadas genéticamente.

Estos resultados abren la puerta a la Bioelectrónica que combina técnicas de electrónica con comportamientos celulares.

Asimismo, los estudiantes valencianos darán a conocer el resultado de la mayor encuesta de Biología Sintética del mundo, que se ha elaborado a partir de 1.288 entrevistas electrónicas y de la que se desprende que el 99% de los encuestados considera que hay que avanzar en la investigación de la Biología Sintética. Solo hubo 14 objeciones que aludieron al riesgo de contaminación con organismos modificados genéticamente. El trabajo ha sido valorado por dos expertos internacionales: Markus Schmidt y Antoine Dauchin.

El 70% conocía la Bi0logía Sintética y el 80% se mostró contrario a pantentar el DNA y era partidario de su libre acceso.