En España más de un millón de personas son alérgicas al veneno de abejas y avispas, aunque la mayoría lo ignora, y las picaduras se cobran una media de 20 personas al año, según Arantza Vega, coordinadora del Comité de Himenopteros (abejas y avispas) de la Sociedad Española de Alergología, que recomienda a quienes han sido picados alguna vez y han generado una respuesta alérgica que consulten a un especialista. Sobre las razones que pueden llevar a una abeja o grupo de abejas a lanzarse sobre un paseante que supuestamente no representa ninguna amenaza sobre el panal, no existe consenso. En general se recomienda no acercarse a panales de abejas y, si lo hace, retirarse con movimientos lentos; no moverse si una abeja se posa sobre su piel y usar ropa de colores poco llamativos, así como evitar perfumes o sustancias químicas olorosas como la laca y otras cuando se sale al campo. A veces, un movimiento aparentemente sencillo como ponerse un prenda encima de la camiseta puede provocar un ataque de las abejas. En cualquier caso, existe una creciente corriente de opinión entre los expertos que atribuye al abuso de los pesticidas cambios en el comportamiento de las abejas, que muestran a veces comportamientos erráticos o agresivos. Los científicos han estudiado durante años la respuesta de las abejas al alcohol- muy similar a la de los humanos- y estudia ahora la de venenos químicos presentes en los cultivos en la que se observan conductas agresivas.

Solo dos ejemplos: el Camp de Morvedre aún perdura el recuerdo del motorista que perdió la vida en el Pic dels Corbs hace unos años tras ser atacado por una nube de abejas y en 2008 hubo que cerrar la carretera de Port de Sagunt a Canet por un ataque masivo de abejas. J. sierravalencia.