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"Aún tengo un sueño por delante: unos Juegos Olímpicos". Con esta propuesta sorprendió ayer Francisco Camps a los asistentes a la presentación en sociedad del Ágora. La plaza cubierta es último edificio construido por Santiago Calatrava para la Ciudad de las Ciencias y se abrirá mañana para el Open de Tenis. El arquitecto de Benimàmet fue el gran ausente del acto.

Evocando a Luther King, el presidente de la Generalitat aseguró que había tenido "muchos sueños", en su caso, relacionados con eventos deportivos. Todos se han ido cumpliendo. "Los coches corren por la ciudad y los barcos surcan nuestros mares", destacó en alusión a la F1 y la Copa del América. Tras felicitarse también por la celebración del Open de Tenis, Camps apuntó más alto y sugirió la posibilidad, como reto de futuro, de conseguir unos Juegos Olímpicos que implicasen a las tres capitales de la Comunitat, cuyos alcaldes estuvieron presentes en el acto.

Rita Barberá, que ha visto frustrado su deseo de que Valencia fuese subsede olímpica de vela de Madrid 2016, dijo estar "contenta, impresionada, emocionada y orgullosa" después de entrar por primera vez en esta "magnífica construcción".

Efectos pirotécnicos, canapés y olor a pintura fresca acompañaron el acto de presentación, algo desangelado de público. La "catedral del tenis" se vistió con moqueta negra para la ocasión. Ejercieron de padrinos los tenistas valencianos Juan Carlos Ferrero y David Ferrer. Ambos manifestaron su orgullo por poder competir "en un escenario tan espectacular" como el Ágora.

"La guinda del pastel", "el broche", "la maravilla que culmina" la Ciudad de las Ciencias. Así se expresaron Camps y la alcaldesa de Valencia en relación a la plaza cubierta. Lo que podría entenderse como la renuncia definitiva a las tres torres proyectadas por Calatrava junto a l'Oceanogràfic.