­

De la supuesta parálisis al puñetazo en la mesa. El presidente Camps anunció ayer la decisión del comité ejecutivo regional de expulsar del partido a quienes critiquen sus decisiones fuera de los órganos del partido. «Aquel que hable de cosas que tiene que hablar dentro de los órganos democráticos del partido, no cabe en este partido», sentenció el jefe del Consell en la rueda de prensa que ofreció tras la reunión del partido.

El líder popular lanzó esta propuesta —una advertencia en toda regla para los zaplanistas de Alicante— durante la reunión a puerta cerrada del comité ejecutivo. La decisión, sometida a votación a sugerencia de Rafael Maluenda y el conseller Font de Mora, faculta a este órgano a expulsar a todo aquel que cuestione públicamente a algún responsable de la dirección del partido. Con esta especie de ley del silencio, Camps lanza un aviso contundente a los afines al presidente del PP de Alicante, Joaquín Ripoll.

Pese a la amenaza, el líder de Alicante no se mordió la lengua. Ni dentro, ni fuera. A la salida y en declaraciones a los periodistas, Ripoll justificó su voto en contra en que el «diagnóstico está mal hecho y son malas las soluciones» y denunció que el comité «ha querido dejar fuera» tanto a él mismo como a Alicante. «No se ha resuelto lo importante porque lo importante no era sustituir a Ricardo Costa, sino atajar las causas que llevaron al relevo de Costa.

El presidente de la Diputación de Alicante admitió que había expresado su opinión dentro del comité, aunque «luego se me ha amenazado con algunas cosas que imagino que ya se filtrarán», matizó en alusión a la advertencia de Fabra de que los críticos pueden quedar fuera de la lista. A puerta cerrada, Ripoll apuntó que el propio Costa le había confesado que cuando iba a Alicante lo hacía para «meterle el dedo en el ojo», siguiendo órdenes de la dirección del partido y avisó de que no piensa irse.

Preguntado por las discrepancias del partido en Alicante, Camps minimizó el peso de las voces críticas en Alicante y subrayó que eran «una exigua minoría» (cuatro de los 33 miembros alicantinos votaron no). Camps, que por primera vez en meses atendió sin reservas las preguntas de los periodistas, dijo que los ajustes en el partido abren una nueva etapa y los justificó por «las circustancias vividas». Aprovechó para reivindicar sus resultados electorales y mantuvo que el suyo era el gobierno con mayor apoyo democrático. Con este buen ánimo, aseguró estar tranquilo respecto al devenir del caso Gürtel —«siempre lo he estado», matizó— y con fuerzas y ánimos para volver a ser candidato en 2011.

José Ciscar corona su carrera política tras abrir mercado a Camps en Alicante

José Ciscar Bolufer (Moraira, 1961), delegado del Consell en Alicante y vicesecretario general del PP en la Comunitat, es el protagonista de una de las carreras más fulgurantes que se recuerdan en este partido, a pesar de que sus orígenes políticos no están con los populares. Ciscar fichó por el PP en 2003 después de liderar la lista independiente de Ciudadanos por Moraira con la que consiguió la Alcaldía de Teulada gracias a sus postulados secesionistas. Se incorporó al PP de la mano del presidente provincial, José Joaquín Ripoll, que se valió del gancho electoral de Ciscar para hacerse con un escaño en la Marina Alta. Hombre conciliador y afable, su fidelidad a Camps ha sido incuestionable desde que estallaron las hostilidades en el seno del PP. No en vano, el primer acto organizado por el presidente regional en la provincia tuvo lugar en Teulada. El repentino fallecimiento de José Marín Guerrero en febrero pasado le convirtieron en delegado del Consell dos meses después.Aunque reitera su voluntad de colaborar con Ripoll y la Diputación, el nuevo orden establecido en el partido le refuerza como uno de los referentes del campsismo orgánico en la provincia tras la caída en desgracia de David Serra.

Cotino logra plaza en el PP y aumenta su influencia pese al sumario del Gürtel

El vicepresidente tercero del Consell, Juan Cotino, entra en el sanedrín del partido para encargarse de coordinar las relaciones entre Consell y la formación. Cotino se une así a las cuatro coordinadoras ya existentes. Todos ellos trabajarán a las órdenes del alcalde de Castelló, Alberto Fabra. La entrada de Cotino del partido es significativa en la medida en que es el único de los ascendidos que se ha visto salpicado por el caso Gürtel que apunta a una supuesta financiación ilegal del PP por parte de la constructora Sedesa, propiedad de su familia y presidida por su sobrino, Vicente Cotino Escrivá. Al ascendiente que ya tenía sobre Camps, ahora se suma su mando en plaza en el partido en detrimento de Vicente Rambla, que sí ha visto mermada su influencia tanto en el PP como en el Consell a raiz del escándalo político. Nacido en Xirivella en 1950, fue uno de los fundadores de UCD en la Comunitat; concejal por este partido en su localidad y miembro de la candidatura del equipo de Rita Barberá al Ayuntamiento de Valencia en 1991.En 1996 fue nombrado director general de la Policía. Hasta 2004 ocupó el cargo de delegación del Gobierno y, a partir de esa fecha, dirigió varias conselleries en el Consell.