Usar el teléfono móvil al volante mata tanto como conducir bajo los efectos del alcohol y las drogas. La razón es tan sencilla como contundente: la capacidad de reacción de un conductor que habla por teléfono queda tan mermada como si hubiera bebido el doble del alcohol permitido por ley y alcanzase 1 gramo de alcohol por litro de sangre. Este nivel de peligrosidad que representa la combinación de móvil y carretera fue destacado ayer en la jornada inaugural del II Congreso Internacional de Prevención de Riesgos en los Comportamientos Viales, que acoge Valencia hasta mañana.

Quien más subrayó el fenómeno del móvil fue Francisco Tortosa, presidente del congreso, director del grupo Precovir y un veterano de la seguridad vial en Valencia. Tortosa afirmó que los últimos estudios de su equipo de investigación demuestran que "del total de accidentes de tráfico, un tercio se deben al consumo de alcohol, otro tercio a la fatiga y el sueño, y un último tercio es fruto de las distracciones, de las que el móvil copa la gran parte de casos".

No sólo es el acto de hablar por el móvil. El principal factor de distracción al volante para los hombres, y el segundo para las mujeres, es buscar y marcar un número telefónico. "Localizar un número en la agenda cuesta unos cuatro o cinco segundos. A 120 kilómetros por hora, eso equivale a una distancia de 150 metros sin control del vehículo. Es tiempo suficiente para salirse del carril o sufrir un alcance", señala a este periódico el director del congreso de Valencia.

El telefonino todavía encierra más peligros. La búsqueda del aparato cuando suena y el movimiento que realiza el conductor hasta que se pulsa el botón adecuado y se lleva el aparato a la oreja es la segunda causa de distracción entre los conductores varones. Entre las mujeres, el puesto de plata en las distracciones lo ocupa la escritura y el envío de mensajes de texto.

"Hablar por teléfono mientras conduces -explica Francisco Tortosa- reduce los recursos psicológicos puestos en la carretera. A partir de un minuto de conversación, no ves el 40% de las señales. Y a partir de los dos minutos, se abandonan todas las referencias viales", advierte Tortosa, que aboga por prohibir el uso del teléfono móvil en el coche, incluso con el sistema de manos libres.

En 2020, tercera causa mortal

La lacra de los accidentes de tráfico, la auténtica pandemia de nuestro siglo, se convertirá en la tercera causa mundial de muerte en 2020, según la Organización Mundial de la Salud. Para los jóvenes de entre 15 y 29 años, de hecho, será la primera causa de muerte en apenas once años.

Según destacó ayer el presidente de la Fundación Española para la Seguridad Vial, Luis Montoro, España ha reducido los accidentes de tráfico un 45% entre 2001 y 2008. Pero aun así, Montoro pidió más esfuerzos: renovar el parque de vehículos, reforzar el control policial, mejorar la señalización, incrementar la formación en seguridad vial de los jóvenes con una asignatura específica, y concienciar sobre el peligro de la distracción y de su rey: el móvil.