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En un tren que viajaba recientemente de Llíria a Valencia en la Línea 1 del metro, el maquinista avisó por megafonía en Paterna que en la parada de Empalme se pediría a los "señores viajeros" que mostraran su billete a un interventor. La mitad del tren se bajó dos paradas antes en Benimàmet. Esta anécdota real, relatada a Levante-EMV por un maquinista, es un ejemplo cotidiano de lo que sucede en FGV: el 9,87% de viajeros de Metrovalencia en 2008 no pagaron billete. Una simple regla de tres revela que este porcentaje esconde una cifra alarmante: el 9,87% de los 72 millones de viajeros que transportó Metrovalencia el año pasado supone que 7,1 millones de usuarios no pagaron billete. Desde FGV rebajaron ayer esta cifra a "dos millones" de personas transportadas que viajan sin título de transporte o que tienen algún tipo de abono pero no ha cancelado el viaje.

El conseller de Infraestructuras y Transportes, Mario Flores, habló ayer de "entre 500.000 y 600.000 personas que usan este medio de transporte sin pagar". Desde la jefatura de la Línea 1 se ha informado a los trabajadores, en unos cursillos organizados por la empresa, que sólo en Línea 1 alrededor de 500.000 viajeros viajaron sin billete en el primer semestre de 2009. La empresa calcula que deja de ingresar 0,60 euros con cada usuario que decide viajar por la cara, por lo que las pérdidas superan el millón de euros.

Sea cual sea la cantidad total, la estafa es de tal envergadura que FGV ha decidido iniciar una "campaña antifraude" que ayer presentaron en rueda de prensa el conseller Mario Flores y la gerente de la empresa, Marisa Gracia. Los datos oficiales facilitados por ambos es que en 2007 los viajeros sin billete representaban el 8,05%, una cifra que aumentó a 8,87% en 2008 y que se ha reducido al 7,42% en lo que va de 2009. En FGV se darían con un canto en los dientes si en tres años consiguieran reducir a un 5% los usuarios que usan el metro y el tranvía sin título de transporte. Flores y Gracia ofrecieron ayer imágenes de cuatro ejemplos de personas que deciden usar el metro sin abonar el billete: una familia que tica un viaje pero pasan cuatro; otros tres amigos que usan el mismo sistema para viajar o un ciclista que aprovecha el espacio de una canceladora forzada para colarse él y su bicicleta.

Las mayores irregularidades se producen en "las estaciones en superficie", donde el acceso es libre y la cancelación es voluntaria, "en los vestíbulos no atendidos" por personal de FGV y en los transbordos entre el metro y el tranvía" (Empalme y Marítim-Serrería). De hecho, actualmente se puede viajar sin billete desde Palmaret a Torrent sin que nadie se dé cuenta, según admitió la gerente en la rueda de prensa. Marisa Gracia desvinculó el aumento del fraude en los viajes con la desaparición de los interventores en ruta, la reducción o eliminación del personal en las estaciones de Metrovalencia. "Más bien coincide con los problemas técnicos de muchas canceladoras antes de que cambiáramos al nuevo sistema sin contacto", aseguró. La gerente descartó destinar más trabajadores a las estaciones porque "el coste de personal es más elevado que el coste del fraude".

Por ello, la empresa aplicará la "Campaña Antifraude" con 8 medidas que van desde el castigo pecuniario hasta la concienciación.

La medida que más dolerá a los usuarios será la multa de 50 euros que se impondrá a quienes viajen sin billete. (Hasta ahora se cobraba 10 euros a los infractores). Pero se quedará en 20 euros por el pronto pago. El resto de actuaciones pasa por el funcionamiento ca?si al cien por cien de las máquinas canceladoras y expendedoras de billetes en todas las estaciones (para que los infractores no aleguen que "la canceladora no funcionaba"). También se instalará un telemando centralizado, con interfono y cámaras en los vestíbulos enfocadas a las canceladoras de los billetes para controlar que todo el mundo tica su billete. En Metrovalencia ya hay instaladas "400 cámaras," pero estaban más dirigidas al control de seguridad que al del fraude.

Por último, se "fidelizará al cliente" con "tarifas de bajo coste" mediante convenios con ayuntamientos y universidades" y centros de atención al cliente "más cercanos y ágiles"para los usuarios.