Como se ha puesto la cosa en el PP, ¿le ha pedido permiso a Camps para esta entrevista?

No. Lo que se dijo en la ejecutiva regional del PP es que había que hablar de las cuestiones internas en los órganos del partido. Eso siempre lo he cumplido y, por eso, no tengo ningún inconveniente en atenderle.

¿Sabe que se expone a un expediente disciplinario?

Entiendo que si hay algo que comentar debe hacerse dentro del partido. Pero, al final, todas esas cosas se hacen públicas porque las reuniones no son secretas y todo el mundo habla. Lo que sería raro es que las cosas que se quieren decir en el partido se digan a los periodistas antes. Eso sí que sería incorrecto.

¿Va a seguir hablando, entonces, con los periodistas?

Es mi obligación. Siempre he atendido a los medios de comunicación y pienso seguir haciéndolo.

Camps no las atiende...

Cada maestrillo tiene su librillo.

¿Quieren tirarle por la borda?

No me considero un dirigente perseguido pero sí es cierto que durante estos dos últimos años no se ha querido que yo estuviera al frente de la responsabilidad del PP.

¿Cierra Camps la crisis en falso?

El tiempo lo dirá. Una cosa es mi opinión y otra lo que suceda...

¿Y cuál es su opinión?

Que estamos actuando sin llegar al fondo del problema.

¿Dónde está el problema?

Las implicaciones del caso Gürtel. Se han querido solucionar con la destitución de Ricardo Costa, que no era el problema. Y luego, entre todos, hemos creado otro para resolver la situación de Ricardo Costa. Y, al final, se ha querido solucionar conmigo, que tampoco soy el problema. Por eso digo que no se ha acometido el problema fundamental.

¿Debía Camps dar explicaciones?

Ha dado las explicaciones correspondientes. Dice que no tiene implicación en el caso Gürtel. Y hasta que no se demuestre lo contrario, yo creo en su palabra. Lo que pasa que luego hemos visto que Ricardo Costa ha tenido que ser destituido.

¿Es, entonces, para usted Ricardo Costa un cabeza de turco?

Ricardo Costa ha sido cesado como secretario general del PP y como portavoz en las Corts. Debe haber tenido culpas en este asunto para que se tome esa decisión. Si a eso se llama ser un cabeza de turco, pues, efectivamente, puede ser un cabeza de turco.

¿Por qué nunca llegó a contratar usted con El Bigotes? ¿No se fiaba?

Me gusta tomar mis decisiones. No las tomo en base a lo que otros quieran. No contratamos a Orange Market porque, normalmente, no lo hacemos si nos dicen que trabajemos con una determinada empresa. Nos lo dijeron una vez y dijimos que no. Y punto.

¿Por qué entiende que Camps no cuenta con Alicante para tomar las decisiones del PP?

En Valencia no es que se nos trate bien o mal. Es que en Valencia no se entiende a Alicante. Y, posiblemente, a veces, la culpa la tengamos nosotros por no habernos hecho entender.

¿Eso es extrapolable al PP?

Evidentemente. Si yo soy alicantino, sucede un poco lo mismo.

Osea, que Francisco Camps y usted no se entienden...

Sí nos entendemos. Cuando nos decimos que no, nos entendemos perfectamente. El otro día, durante la ejecutiva, dijo que de tres presidentes provinciales, dos me quieren -por Fabra y Rus- y uno no -por el propio Ripoll-. El cariño es de ida y vuelta. Siempre colaboraré con el Consell de forma leal. Pero también quiero que colaboren conmigo.

Usted habló el otro día de amenazas. ¿Fue por la referencia una posible imposición de las candidaturas para 2011?

Fueron unas palabras muy desafortunadas de Carlos Fabra, que luego me pidió disculpas. Se dijo que las listas se hacían dentro de poco y que todo el mundo se atuviera a las consecuencias. Si se hacen por querencias personales será muy malo para el PP. Espero, en su momento, poder participar, que me escuchen Camps, Rajoy o las personas que se dedican a esos menesteres que, a veces, por cierto, no son ninguno de los dos.

¿Hay que cambiar el Consell?

Camps debe hacer lo que considere. Es verdad que ahora, en la Comunitat, no hay ningún implicado en el caso Gürtel. Pero lo que también es cierto es que hay personas que salen en las conversaciones y que si uno no toma decisiones antes, se puede ver sometido a los vaivenes de la actualidad.

Y en un momento tan difícil, ¿por qué reabre el Consell la fusión entre CAM y Bancaja?

El que lo ha hecho lo sabrá. Esa fusión no fortalece a ninguna de las dos cajas. Su unión no respondería a criterios de mercado. Y luego están las cuestiones sentimentales. Si uno pierde su entidad financiera, pierde una seña de identidad. Y eso nos gusta mantenerlo a todos. Incluidos a los valencianos. Imagínese usted que pasaría en Valencia si se planteara una fusión entre Bancaja y La Caixa. ¿Atenderíamos a criterios objetivos o de identidad?

¿Gerardo Camps aprovecha la debilidad del jefe del Consell?

No creo que el presidente Camps deje que su conseller de Economía diga algo que él no conoce. Y, sobre todo, que lo repita. Eso sí, yo siempre que he oído al presidente Camps, en público y en privado, ha estado en contra de la fusión. Pero los tiempos cambian. Eso también es verdad.

¿Hacia dónde debería orientar su estrategia la CAM?

Hemos perdido una oportunidad con Caja Castilla-La Mancha. La CAM podría haber mejorado sustancialmente su posición adquiriendo esa entidad. Siempre hemos hablado de una coordinación con Murcia, Castilla-La Mancha e, incluso, con Baleares... Son territorios naturales.

¿Y si al final la unión entre la CAM y Bancaja se consuma?

Sería un proceso largo y con problemas sociales: tendríamos una pérdida de más de 2.000 empleos. Mi posición esta clara: No a la fusión. Deberíamos de tener ya muy claro cómo se posiciona la CAM en el mercado financiero a medio y largo plazo. Y eso es mucho más eficaz que decir "no" por una pataleta. Creo también que los consejeros socialistas en la CAM comulgan con mi idea. Y si la negativa a esa fusión es muy amplia, habría que escuchar esas voces y no ir en ese camino.