Pero, por ahora, las declaraciones de los arrestados no han aportado datos concluyentes sobre el plan del crimen que se gestó una noche en un club de alterne de Finestrat

Han pasado poco más de dos años desde que el alcalde de Polop Alejandro Ponsoda fuera asesinado a tiros en la puerta de su casa y el goteo de siete detenciones —la última, ayer— realizadas por la Guardia Civil desde principios de mes ha estrechado el círculo de tal forma que los investigadores no tardarán en presentar ante la juez del caso al autor o autores intelectuales de este insólito crimen, originado por fines urbanísticos y planeado, según los testimonios recogidos por la Benemérita, en una reunión celebrada en un club de alterne de Finestrat.

Pese a que el abogado de unos de los detenidos aseguró que en la famosa reunión habría estado un cargo público, la Guardia Civil parece haber dejado para el final las detenciones que pueden provocar un mayor escándalo del que ya se ha creado por este caso.

Los dos presuntos sicarios checos y el hombre vinculado al club de Finestrat detenidos el viernes permanecían ayer aún en dependencias de la Guardia Civil y probablemente se agotará el plazo de 72 horas antes de ponerlos a disposición judicial. Ayer se produjo una nueva detención que eleva a 7 el número de arrestados por el crimen.

Caso extremadamante complejo

A algunas personas les parecerá mucho tiempo el que han tardado los agentes del Grupo de Delitos contra las Personas de la Unidad Central Operativa (UCO) en resolver el caso, pero era extremadamente complejo y el abanico de posibilidades a investigar bastante amplio. Durante estos dos años los agentes han tenido que realizar indagaciones sobre diferentes pistas que apuntaban al móvil urbanístico y otras a la vida personal de Ponsoda.

Visitas, entrevistas, seguimientos, pinchazos telefónicos e incluso testigos protegidos, según el abogado de un arrestado. Buena parte de los 30 efectivos de esta unidad especializada que dirige un teniente coronel de la Guardia Civil, han estado a caballo entre Madrid y Alicante trabajando duramente para encontrar el hilo de la madeja y cuando han concluido el puzzle han empezado a realizar las detenciones.

La coincidencia con el segundo aniversario del crimen y la celebración del juicio al alcalde de Fago —resuelto por la misma unidad— no dejan de ser una mera casualidad.

El hecho de que la investigación siga abierta impide conocer con exactitud los detalles de la operación. Ni siquiera los agentes de la Comandancia de Alicante y de varios cuarteles de la provincia que han podido coincidir estos dos años con los investigadores —salvo los mandos lógicamente— han tenido conocimiento de la marcha de las pesquisas. Son muy discretos y van con pies de plomo para que no quede ningún cabo suelto.

Aunque ninguno de los detenidos que han declarado ha aportado datos esclarecedores y concluyentes que avalen la hipótesis que maneja la Guardia Civil sobre la reunión donde se planeó el crimen y los implicados en la preparación y comisión del asesinato, las defensas de los arrestados desconocen cuál es la base acusatoria de la investigación al estar bajo secreto de sumario. Sin embargo, el hecho de que todos los detenidos (menos, por el momento, el de ayer) estén ingresando en prisión ya es significativo.

Lo lógico que es una vez finalicen las detenciones que prevé realizar la UCO y se levante el secreto de sumario no tarden mucho tiempo en salir de prisión las personas que presuntamente han tenido una implicación menor. Una vez concluya el operativo del Instituto Armado más de un propietario de club de alterne y empresario de la Marina Baixa que se ha mostrado inquieto durante los últimos días podrá relajarse.