"Tengo un tema gordo en Valencia, con un PAI prácticamente cerrado, el tío pide 1.000 kilos más. Compramos a 10.000 y vendemos a 20.000. Ganamos 12.000 kilos. Un empresario pone el 50% y yo otro 50%. De mi 50% yo reparto con Ramón Blanco, con Álvaro [Pérez, "El Bigotes"], con Pablo [Crespo] y con el alcalde [Bernabé Cano]. Hay un tema medioambiental que lo desbloqueo yo". Al cabecilla de la trama Gürtel, Francisco Correa, le cuadraban las cuentas de la lechera expresadas en esta grabación del sumario Gürtel.

De la mano del empresario José Luis Ulibarri -cuya empresa Mediamed se llevó 13 licencias de TDT del Consell- estaba a punto de comprar el PAI Pie de Monte y hacer un negocio de 72 millones de euros. Pero las negociaciones, a base de presionar a los propietarios, descarrilaron a última hora. En ese primer envite, uno de los negociadores, en representación de Correa, era Jacobo Gordon, amigo del yerno de Aznar, Alejandro Agag. Pero hubo un segundo intento, que sí fraguó. El que protagonizaron, a través de la sociedad Inerzia Sociedad de Gestión, S. L., Gerardo Martínez Riquelme y Antonio Rocamora, personas estrechamente vinculadas al alcalde de la Nucia, Bernabé Cano. Según documentación a la que ha tenido acceso este diario, Inerzia invirtió 19 millones de euros en la adquisición del 66% de Montemar la Nucia, la urbanizadora del PAI Pie de Monte, uno de los dos grandes proyectos urbanísticos del municipio de la Marina Baixa, junto con La Serreta.

Estaban el dos y el tres de Gürtel

En su declaración judicial, Gordon explicó que lo único que Inerzia firmó fue una opción de compra con los propietarios, entre ellos el promotor Francisco Murcia Puchades, quien tras estallar el escándalo Gürtel declaró que Correa lo había presionado para que vendiera con la amenaza de que si no lo hacía el PAI -bloqueado por insuficiencia hídrica- no saldría adelante. "Lo mandé a la mierda", declaró Murcia Puchades.

Los empresarios dieron la cara, pero del intento de hacer negocio no había dimitido Correa. Los dos promotores iban de la mano de Correa y de Álvaro Pérez, el Bigotes, residente vacacional en la Nucia y también íntimo amigo del alcalde, Bernabé Cano. Fuentes conocedoras de la operación explicaron que Inerzia pretendía ceder un tercio del PAI a la firma Hator Consulting cuando el proyecto (aprobado en septiembre de 2004 por el consistorio) fuera desbloqueado, cosa que no ha sucedido. La consultora Hator es una de las sociedades más activas de la trama Gürtel en cuestión de negocios del sector del hormigón. El administrador único es Pablo Crespo -número dos de la organización-, quien sucedió en el cargo a Ramón Blanco Balín. Los dos gestionaban también Castaño Corporate, la firma que, como contó Levante-EMV, blanqueó 756.240 euros en una parcela de 12.000 metros en el PAI del Algar tras cobrar comisiones vinculadas al contrato de Canal 9 y Teconsa por la visita del Papa.

Martínez Riquelme y Rocamora son algo más que amigos de Cano. A través de Saga Bonperal, S. L., estos dos promotores urbanizaron diez parcelas a nombre de la madre -Ángeles García Sáiz- y tío -Gabriel García Sáiz- del alcalde Cano. La familia era la propietaria de los terrenos del sector la Favara y el ayuntamiento les otorgó, el 7 de octubre de 2002, la condición de agente urbanizador. Dos meses después, Saga Bonperal asumió el desarrollo del proyecto tras pagar más de 3 millones de euros por 10.551 metros y, posteriormente, adquirió otras siete parcelas de parecido tamaño. En la propiedad de Inerzia participaba también la firma Gestrumar 2001 SL, también de Martínez Riquelme y Rocamora.

La inversión en Pie de Monte se ha tragado las ganancias que dieron estos empresarios, vía Gestrumar 2001, en una permuta de suelo que propició Bernabé Cano en 2005. El ayuntamiento adjudicó a Dragados, por concurso, nueve parcelas municipales en el PAI la Serreta por un importe de 16,7 millones a cambio de la construcción de la Casa de Cultura, el auditorio e infraestructuras complementarias. El 8 de junio, Dragados escrituró los terrenos. Y ese mismo día en la misma notaría, Dragados vendió a Gestrumar 2001 las parcelas sin incrementar un céntimo el precio. Meses después, la sociedad de los amigos del alcalde revendió a Iberdrola y Capital Golf, S. L., nueve de estos bienes inmuebles por más de 34 millones. El pelotazo superó los 17 millones.

Gestrumar se quedó la parcela más grande, tasada en 4,3 millones, y esta es una de las razones por las que Martínez Riquelme y Rocamora son también urbanizadores del PAI de la Serreta, un proyecto de 2,8 millones de metros y 3.884 casas con campo de golf, de cuya sociedad gestora -Cases del Pinar- son consejero delegado y vicepresidente, respectivamente.