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El primer teniente de alcalde y concejal de Grandes Proyectos del Ayuntamiento de Valencia, Alfonso Grau, ve pocas posibilidades de uso urbano y terciario a la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) del puerto de Valencia, situada a pocos metros del nuevo barrio del Grao, pese a ser una realidad más tangible que el PAI del Grao o las torres de Calatrava. El horizonte de ejecución del barrio de los rascacielos y el delta verde, cuyo planeamiento ya ha sido aprobado, es de tres años en lo que a la urbanización de las calles y zonas verdes se refiere, aunque necesitará al menos 10 años para que la gente pueda empezar a vivir y trabajar allí. Las torres de Calatrava, presupuestadas inicialmente en 300 millones de euros, ni siquiera tienen plazo.

Precisamente fue el arquitecto que ha fusionado los diseños de Nouvel y GMP para el Grao, José María Tomás, quien apuntó recientemente que la ZAL, acabada desde hace seis años pero cerrada y sin comercializar por cuestiones de burocracia, acabaría siendo suelo urbano.

Grau, sin embargo, se mostró partidario de dejar la ZAL con los usos previstos porque el puerto "necesita una zona para almacenar" contenedores y mercancías. "Dudo de que el puerto pueda prescindir de este espacio cuando todavía no ha sido inaugurado", apuntó.

El puerto de Valencia ha proyectado un centro de negocios en la frontera del recinto comercial con el barrio de Natzaret.