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El caso Gürtel se ha convertido en una marea negra que todo lo cubre en el PP. Tras el temporal, figuras del PPCV que iban a convertirse en referentes han acabado casi en el ostracismo. Es el caso de Ricardo Costa y Vicente Rambla, uno apartado de la esfera pública y otro relegado a tareas menos visibles. Por otra parte, personas que parecían tener su futuro y papel asignado en esta obra de teatro en que se ha convertido la política, aparecen ahora como los salvadores del partido conservador. Este es el ejemplo del alcalde de Castelló, Alberto Fabra, a quien desde Madrid no verían con malos ojos si asumiera responsabilidades más allá del ámbito provincial, incluso como futuro delfín de Camps, como ya ha avanzado este periódico en varias ocasiones.

Es más, "Alberto Alcalde", como es conocido en Castelló, fue una de las personas que más enteros ganó en la última remodelación de la ejecutiva autonómica del PP, pasando a ser coordinador general. Prudente, como ha dejado patente en sus años como alcalde, el ya consolidado como barón castellonense tiene claro que las polémicas no le interesan. Así lo plasmó ayer a este periódico cuando le preguntó sobre su futuro autonómico. "No haré declaraciones sobre un tema que se puede convertir en polémica. El presidente es el presidente, y seguirá siendo el presidente",explicó Alberto, en relación a su candidatura a capitanear el PP autonómico en un futuro no lejano, posibilidad adelantada por Levante-EMV.

Y es que Alberto es todo lo contrario a Carlos Fabra. No es un hombre de grandes titulares como el presidente de la Diputación. Además, sabe que su viaje a Valencia podría cambiar muchas cosas en el PP de Castelló. De momento, todos los planes del presidente provincial se truncarían. Si Alberto se marcha a Valencia, bien sea como sucesor de Camps o para ocupar un cargo de responsabilidad en un futuro Gobierno, el ayuntamiento quedaría cojo. Debería ser el vicealcalde, Javier Moliner, el que tomara las riendas de la capital de La Plana.

Pero, ¿Quién sucedería entonces al eterno presidente de la Diputación, Carlos Fabra? Pues el propio Fabra, que volvería a retrasar su retirada de la política pues ya ha anunciado su intención de seguir al frente del partido -y de la diputación- si Alberto dirige sus miras a Valencia y obliga a que Moliner sea la pieza que le sustituya en el ayuntamiento, en lugar de su anunciado desembarco en la institución provincial.