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Dos años después de lanzar el primer globo sonda, la Conselleria de Infraestructuras mostró ayer sus cartas sobre su propuesta de explotación privada de la futura Línea 2 de Metrovalencia. La oferta que lanza el departamento que dirige Mario Flores es comprar 32 tranvías y ofrecer el servicio de "transporte público" durante quince años en una "renovada" Línea 2. Hasta ahora se creía que sólo se privatizaría desde Natzaret hasta Orriols pasando por el centro histórico. Pero la sorpresa llegó ayer al sacar a información pública el Proyecto de Servicio de Transporte Público de la Línea 2 del sistema de transporte público del área metropolitana de Valencia, para que se presenten alegaciones. La Línea 2 se extenderá desde Natzaret y la Ciudad de las Artes, por el centro histórico de Valencia, hasta el centro de ocio de Paterna, Heron City, con parada final (aún no construida) cerca de la exclusiva urbanización Cruz de Gracia y la gran superficie de Ikea. El tramo incluye la parada del Mercat Central de Valencia y dos ramales hasta Tavernes Blanques y la avenida de Francia.

Infraestructuras calcula, a modo orientativo, que la empresa concesionaria necesitaría una inversión en los primeros tres años, para arrancar, de 36,08 millones de euros. Después, los doce años restantes de la concesión, unos 84,19 millones de euros. En total 120,27 millones (20.000 millones de pesetas).

A cambio, según el Estudio de Viabilidad Económico-Financiera, la concesionaria ingresaría 445,6 millones de euros durante los quince años de contrato. Aunque de esta cantidad se tendrían que descontar 285,5 millones de los gastos de explotación, además de amortizaciones de préstamos e impuestos, por lo que los resultados netos después de impuestos serían 43,1 millones de euros (7.171 millones de las antiguas pesetas).

La Conselleria de Infraestructuras se ahorra así la obligación de comprar los 32 Tren-tram (un híbrido entre tren y tranvía) que considera necesarios para dar servicio a los 25 millones de viajeros al año que tendrá la línea cuando esté completamente construida. Y también se libra de la necesidad de contratar a maquinistas, taquilleros de estaciones, revisores, técnicos de mantenimiento de trenes o para la limpieza y vigilancia de la estación, ya que todos estos servicios dependerán de la empresa concesionaria. Incluso con la concesión de la Línea 2 podrá recuperar parte de la inversión de 475 millones de euros que costará la T-2 desde Natzaret a Pont de Fusta. La Generalitat, a través del Gestor de Transportes y Puertos (GTP), cobrará un canon de explotación y mantenimiento a la concesionaria: 5,10 euros por tren-kilómetro en el caso de los tramos de nueva construcción. Y 2,98 euros por unidad-tren kilómetro por utilizar los tramos ya existentes (por ejemplo todas las paradas de la T-4 del tranvía desde Pont de Fusta a Mas del Rosari). En total, la Generalitat podría cobrar 116 millones de cánon durante los 15 años que dure la concesión.

¿De dónde cobrará la empresa? De los ingresos por los billetes (aunque el precio estará regulados por la Entidad Metropolitana del Transporte), de la compensación por prestar un servicio básico que le abonará la Generalitat y del alquiler de locales y servicios en las estaciones que le permitirá abrir y explotar la conselleria.