La contundente negativa del lunes de la Conselleria de Educación a sumarse al programa del ministerio: Escuela 2.0, para la compra de ordenadores portátiles, dejó paso ayer a la petición de una nueva negociación condicionada. La secretaria autonómica de Educación de la Generalitat, Concha Gómez, exige al ministerio que "retome las negociaciones sobre las condiciones" de esta iniciativa tras conocer la decisión del Consejo de Ministros de dotar a esta comunidad con 690.083 euros para financiar la implantación de este proyecto, que se sumarían a los 11,2 millones del convenio.

Reivindicó al Ministerio de Educación que "escuche las propuestas del Consell para mejorar las condiciones del proyecto, sumando esfuerzos para introducir los portátiles en las aulas valencianas, en vez de limitarse a conceder un remanente, sin flexibilizar ni una coma de su propuesta".

El conseller de Educación, Alejandro Font de Mora, había anunciado el lunes que no se sumaría al proyecto porque, según estudios oftalmológicos -posteriormente negados por especialistas-, los ordenadores de diez pulgadas podrían producir miopía en los niños así como por cuestiones económicas, ya que el plan supone, además de la adquisición de los portátiles, la conexión a la red o la reforma de la instalación eléctrica.

El Consejo de Ministros acordó ayer conceder a quince comunidades, incluida la valenciana, un remante resultante de la diferencia entre las aportaciones del Gobierno y las autonomías para financiar la implantación del plan. La valenciana es una de las que mejor salen en el reparto de los 6 millones de euros.

"Lo que el Consell pide es que se permita que el proyecto contribuya a financiar la integración de los portátiles en las aulas", señaló la secretaria autonómica.

Sánchez de León insiste en la miopía

La portavoz del Consell, Paula Sánchez de León, manifestó ayer que hay que distinguir entre lo que es "el esfuerzo" del Gobierno valenciano y la "demagogia" en temas como la decisión del Consell de no suscribir el Plan Escuela 2.0 con el ministerio para digitalizar las aulas.

"La decisión adoptada no es caprichosa", afirmó y defendió la postura del conseller de Educación, Alejandro Font de Mora, quien entre las cuestiones que alegó para rechazar este programa, dijo que el uso de portátiles de 10 pulgadas podría producir miopía en los niños, a pesar de que muchos oftalmólogos han negado tal extremo. También subrayó que este programa "no supone una mejora real y efectiva del sistema educativo".