Cerca de 12.000 bolivianos votaron en la Comunitat en las elecciones de su país. Un mes más tarde el ministro de Educación de Bolivia, a su paso por Valencia, explica los proyectos y avances educativos.

Uno de los retos del gobierno de Evo Morales fue y es cambiar el sistema educativo. ¿En qué punto se encuentra?

La educación está ligada al futuro de nuestros hijos. El gobierno se ha volcado en lo que es una de las mayores demandas del pueblo boliviano. El nivel de analfabetos en el país ha pasado en cuatro años del 13% al 3%. El presidente Morales dirige personalmente el proceso para mejorar las condiciones de los estudiantes.

La Comunitat Valenciana tiene dos lenguas oficiales. Supongo que el multilingüismo en Bolivia es todo un reto.

Hemos recogido la demanda de los pueblos indígenas desde la intraculturalidad, la interculturalidad y el plurilingüismo. Tenemos 36 lenguas originarias recogidas en la Constitución. El plurilingüismo es la base de la formación. En todo el Estado los alumnos aprenderán su lengua materna, el español y una lengua extranjera. Incluso en la Pacería –región de la Paz– en un enclave de población quechua, cuando la mayoría son aymara, los niños serán educados en su lengua madre. De la Comunitat Valenciana conozco poco. En Educación de España tengo como referente para recuperar lenguas maternas a Cataluña. En sus calles, tiendas y en la gente se refleja el resultado.

¿Cómo es la relación actual de Bolivia con las multinacionales?

Ha sido un proceso de recuperación de la propiedad, de los recursos nacionales. Se llegó a acuerdos con las transnacionales. Se obligó a que vendieran sus acciones. En el caso de los hidrocarburos tenían hasta hace poco la propiedad hasta la misma boca del pozo. Bolivia recibía 300 millones de dólares anuales por los hidrocarburos. Después de la nacionalización ingresamos 2.000 millones de dólares. En el horizonte tenemos la explotación de otros recursos naturales del país como el litio o el hierro. En términos generales las relaciones con las empresas son buenas. Ya dijimos que nosotros queremos socios y no patrones.

Existen medidas para mejorar la situación de los bolivianos que viven y trabajan fuera.

Queremos consolidar acuerdos bilaterales con países como España, Argentina o Brasil, para regularizar las situaciones legales de nuestros compatriotas. También queremos abrir líneas de acción educativa de apoyo a los bolivianos con la certificación de las competencias laborales, a través de la evaluación en el extranjero de unas comisiones creadas para tal efecto. Así tendrán más oportunidades. Finalmente queremos fijar los componentes de identidad cultural. Fortalecer las relaciones de participación de los bolivianos en el exterior –como en las pasadas elecciones– ampliándolas a otros ámbitos.