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El impacto de un bloque de hielo caído del cielo sobre una fábrica de l'Alcúdia el doce de enero de hace diez años convirtió a este municipio de la Ribera en el epicentro informativo de un fenómeno inusual que no ha vuelto a repetirse a lo largo y ancho de la Comunitat Valenciana.

Así lo recuerda María José de Vilar una de las trabajadoras de la empresa Viferma en cuyas instalaciones ocurrió todo. "Estábamos trabajando y pese a los ruidos de la nave -ya que fabricamos maquinaria- oímos un ruido en la uralita". "Han pasado diez años y de los acontecido nunca más se supo, nos merecíamos una explicación". De Vilar señala que la respuesta no se ha dado "o por desidia o porque realmente no saben nada más". "¿Qué era aquello? Esa es la pregunta del millón que no han contestado, ellos sabrán".

Francesc Signes -alcalde de l'Alcúdia en aquellos años- revive estos días lo sucedido. "Llamé al Director del Centro Meteorológico de Valencia, Manuel González, y me dijo que pusiéramos el hielo en un recipiente limpio para que no se contaminara y con el objetivo de que el líquido no se perdiera". Signes explicó que en aquel instante se barajaban tres hipótesis: que era hielo desprendido de las alas de un avión, que eran escapes de agua de los inodoros químicos de los aviones y, finalmente, que se trataba de restos de un cometa en descomposición. Esta última teoría extendida por el responsable de CSIC, Martínez Frías, engrandaba lo acontecido, ya que los restos de hielo deberían de ser analizados por la NASA y la Agencia Espacial Europea.

"Desde el CSIC Frías nos pidió que rompiéramos el aerolito en dos partes y que se guardaran en congeladores diferentes como medida de seguridad por si se descongelaba". Como anécdota recuerda que no pudieron partir el bloque de hielo con una sierra de marquetería y tuvieron que romper el aerolito sobre un mortero. Después, para su mejor conservación y siguiendo con las indicaciones de los científicos, compraron hielo carbónico y aislaron las dos piezas en dos neveras portátiles que se introdujeron en los congeladores. l'Alcúdia centralizó la recogida de los otros aerolitos (Meliana y Enguera) hasta que fueron retirados por el propio Martínez Frías. El 20 de enero el profesor de la Facultad de Químicas de la Universitat de València, Ángel Morales, se quedó con el otro fragmento de l'Alcúdia para su análisis. Francesc Signes, relató que meses más tarde se supo que el hielo no era de procedencia extraterrestre. Se había generado "en las capas exteriores más altas de la atmósfera" explicó el político socialista.

Con el paso del tiempo aquel suceso ha quedado en el olvido pero la obsesión por la aparición de las bolas de hielo y su misteriosa procedencia estuvo viva durante varios meses.