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¿Cómo ha tratado Valencia a Blasco-Ibáñez escritor?

El Ayuntamiento de Valencia no le hace ni el más puñetero caso a los valencianos. Como ejemplo pongo la celebración del 75 aniversario de la repatriación de los restos de mi abuelo. El Ministerio de Cultura organizó una exposición en el edificio de Correos y el consistorio no hizo nada, sólo se fueron corriendo hasta el mausoleo a ponerle cuatro flores.

Pero la avenida Blasco-Ibáñez es un vial emblemático.

Se le puso el nombre gracias al diario Levante y a una campaña que iniciaron. Con Ramón Izquierdo como alcalde (último munícipe franquista) el periodista Carlos Sentí insistió en la necesidad de bautizar una calle con el nombre de mi abuelo. Izquierdo cedió a las presiones y le pareció bien el Paseo al Mar.

¿Y de la Casa-Museo?

A mediados de los cincuenta mi madre la reclamó al gobernador Salas Pombo. Mi madre, que era todo un talento, le dijo que sabía que la iban a devolver pero que la dejarían destruida. Él le contestó que los de Falange ´tenemos el valor de los guerreros y también la caridad´. Del chalé no quedó ni un ladrillo, se llevaron hasta los marcos de las ventanas. Ya en democracia la alcaldesa Clementina Ródenas lo derribó todo. Cuando entró de edil Vicente González Lizondo me llamó y me dijo que el mejor homenaje que le podíamos hacer era rehacer su chalé. Buscó a la constructora Cleop para levantar la obra. Fue también Lizondo quien empezó la búsqueda del sarcófago que estaba en el Museo de Bellas Artes. Que no se marque faroles Rita Barberá, puesto que fue Lizondo quien lo hizo.