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Miguel Belloch, portavoz en Haití de la ONG de Algemesí Intervención Ayuda y Emergencias, declaró ayer a Levante-EMV que las condiciones de trabajo para rescatar a las víctimas del seísmo han sido caóticas. Belloch precisó que han estado muy condicionados por las medidas de seguridad y que han decidido volver porque ya no hay posibilidades de que queden más personas con vida. Los diez miembros del equipo tienen previsto llegar esta tarde a Algemesí tras una dura semana de trabajo en la isla. El colectivo ha participado activamente en el rescate de cinco personas.

Belloch señaló que la última superviviente que salvaron era una niña de 11 años, que se había quedado atrapada en su casa en la capital de Haití, Puerto Príncipe.

Belloch admitió: "Lo más duro de esta tragedia es ver cómo se desentienden de los muertos. Ya habíamos participado en otros ocho seísmos y nunca lo habíamos visto. Dejan los cuerpos sin vida en las aceras y pasan los días sin que nadie se haga cargo de ellos. Al final, una excavadora los coge y los mete sin identificar en un camión. A veces queman los cuerpos junto a la basura".

El portavoz de la ONG en la isla indicó que Puerto Príncipe es "una ciudad pobre y destruida. Es un caos. No se escuchan gritos por la calle, pero hay mucha tensión". Belloch, que es bombero de profesión, lamentó que la ayuda humanitaria no termina de llegar.

"La ONU nos ha complicado mucho el trabajo por las medidas de seguridad. Muchas veces trabajábamos escoltados. Nosotros no hemos escuchado tiroteos, pero la seguridad era impresionante. A nivel moral ha sido muy duro por todas las trabas que hemos tenido que ir superando para acceder a los lugares de rescate", declaró. El bombero manifestó que cada edificio era revisado hasta cuatro veces con la esperanza de encontrar a alguien con vida. En el trabajo de la ONG de Algemesí ha sido esencial la participación de cuatro perros especializados en rastreo.

"El problema en este terremoto ha sido las altas temperaturas y el nivel de humedad que había. Es muy complicado sobrevivir muchos días sepultado bajo los escombros con esas condiciones porque se llega muy pronto a la deshidratación", añadió Miguel Belloch.

En Haití también están trabajando el valenciano Hernán Bádenas y la religiosa nacida en Riba-roja Natalia Martínez. Los dos cooperantes continuarán en Haití. Bádenas, que trabaja para Coordinación Assemblea de Cooperació per la Pau, está en la ciudad de Jacmel y la religiosa en Puerto Príncipe.