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El fiscal pide penas de entre ocho meses y dos años de cárcel a los miembros de una red que dirigía un diputado guineano por introducir ilegalmente en Valencia monos de la especie protegida talapoín. El político guineano, que no ha podido ser detenido por la Guardia Civil, pasaba el control fronterizo en el aeropuerto de El Altet aprovechándose de su cargo. Boyto Obiang presuntamente compraba los monos en su país por 6 euros y los revendía en España por 2.000 euros.

El caso, que fue descubierto a finales de 2005, está siendo juzgando en Elx porque la red -formada por 7 personas- contaba con el apoyo de los propietarios de una tienda ilicitana de animales. La Guardia Civil arrestó a tres personas en Valencia y se incautó en un desguace de Poble Nou de 11 talapoínes vivos y cinco muertos. Los animales muertos estaba enterrados en las inmediaciones del desguace. En la organización supuestamente estaba implicado un agente del Seprona en Alicante, que alertaba a la red de los movimientos de sus compañeros de la Guardia Civil.

El fiscal no ha podido acusar a Boyto Obiang ya que sus cómplices no lo delataron. El diputado volaba a España cada mes y en su equipaje presuntamente venían los animales bajo la etiqueta de valija diplomática. El congresista, gracias a su condición de representante político del régimen de Teodoro Obiang, pasaba sin problemas los controles. El político casi siempre vendía los animales a los dueños de la tienda de Elx, que después los distribuían por toda la Comunitat Valenciana. La tienda los compraba por 2.000 euros y los revendía, según los investigadores, hasta por 6.000 euros.

El grupo contaba con el apoyo de un veterinario ya que los animales llegaban a la Comunitat Valenciana en muy malas condiciones. La Guardia Civil estima que entre el 30% y el 50% de los talapoínes morían en el trayecto. El congresista supuestamente introducía entre 15 y 20 monos en cada viaje. El diputado metía los animales en varias bolsas de deporte y abría un poco la lona para que pudieran respirar.

La Guardia Civil inició la operación en Valencia con la detención del responsable del desguace donde aparecieron los monos y de dos intermediarios. Los agentes que investigaban el caso presenciaron la compraventa de once talapoínes. Tras realizar un registro, los guardias descubrieron que había cinco ejemplares enterrados en el interior del desguace.

Según recoge el escrito de acusación, el fiscal pide que los dos valencianos que estaban traficando con los monos en el desguace sean condenados a sendas penas de dos años de cárcel y de una multa de 45.000 euros. El chatarrero se enfrenta a una pena de ocho meses de cárcel. Además, los propietarios de la tienda de animales de Elche, un hombre y su mujer, podrían ser sentenciados a dos años de cárcel. La Fiscalía solicita que el veterinario pague una multa de 1.400 euros.

Los talapoínes son los monos africanos más pequeños. Debido a su tamaño son muy codiciados por las mafias que trafrican con animales vivos con destino al mercado ilegal de mascotas. Los adultos pesan un kilo y tienen el mismo grado de protección que los orangutanes.