Hace exactamente quince días, la plana mayor del PSPV (el líder autonómico, Jorge Alarte; el de Valencia, Salvador Broseta; el portavoz en las Corts, Ángel Luna, y la cara y ojos del partido en el ayuntamiento, Carmen Alborch) compareció ante la prensa para anunciar solemnemente que harían bandera de la defensa del barrio marinero del Cabanyal y en contra de la prolongación de Blasco Ibáñez. Al calor del éxito de la manifestación que desbordó previsiones, desde Blanquerías se proclamó que el Cabanyal era un simbolo de resistencia contra un estilo autoritario y un modelo de urbanismo, el del PP, de destrucción para especular y construir lo que después no se vende.

Ayer, dos semanas después, las ejecutivas de país y ciudad aprobaron por unanimidad la estrategia y plan de actuación socialista en el barrio. Eso fue por la tarde. Por la mañana, el delegado del Gobierno se reunió en secreto con Carmen Alborch y Salvador Broseta para transmitirles que no pueden hablar sólo del Cabanyal, que este asunto no puede ser el eje central que vertebre toda la acción política del partido en la ciudad. Lo dijo en plena campaña de reparto de los 300.000 folletos con el lema "Derribar tu casa, prolongar el abuso", en la que se ha involucrado este fin de semana el propio Alarte. Peralta estrenó la sala de juntas de la provisional sede de la delegación del Gobierno en la calle Colón con un discurso que fue entendido como un rapapolvo en toda regla a la dirección del partido y una evidencia de que las relaciones con Alarte no son buenas ni malas. No son.

El corresponsal del Gobierno de Madrid exigió, junto con el subdelegado, Luis Felipe Martínez, a Alborch y a Broseta que movilicen al partido para vender las inversiones que el Ejecutivo central está haciendo en la ciudad de Valencia a través del primer Plan E -el Fondo Estatal de Inversión Local- y del segundo plan, el Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad. A las obras englobadas en el programa de 2009, se dedicaron 141,2 millones, mientras que en el plan de este año se han previsto otros 87,3 millones. En total son 228 millones en inversiones. Una cifra que hay que contraponer a los 68,8 millones que el Ayuntamiento de Valencia contempló en el capítulo de inversiones de los presupuestos municipales de 2009 y a los 62,6 que ha consignado en las cuentas de este año, entre inversiones y gasto corriente. De hecho, en el segundo Plan E también se contempla un 20% de la cantidad global como gasto corriente, esto es 17,4 millones de euros, de los 87,2.

Mucho más que los planes ZP

La comparativa presenta 228 millones invertidos por el Gobierno central frente a los 131 del Ayuntamiento y cero euros del Plan Confianza. 228 millones contra 0 euros. Es la comparativa que Peralta quiere que se repita hasta que se entere el ciudadano más desinformado del último rincón de Valencia. Además de cifras, Peralta exigió fotos. Muchas fotos. Si el PP ha dado consignas de que en las grandes ciudades no se inaugure una sola obra del Plan E -eso explicó a los presentes-, pues tendrá que inagurarlas el PSPV. Peralta emplazó a Alborch a programar una calendario de visitas a las obras para hacer visible, junto a Peralta, que los carteles se han transformado en cemento por la gracia de Zapatero. De hecho, la portavoz y el delegado ya giraron visita este verano a unas obras de reurbanización de calles junto a la Plaza del Ayuntamiento.

Pero no sólo hay que vender las cifras del Plan E sino las de todas las inversiones que el Gobierno está acometiendo y que tienen repercusión en Valencia: la ejecución del AVE, las mejoras en la red de cercanías, la ampliación del Puerto, el aeropuerto, el tercer carril del By-Pass o de la Autovía de Madrid. Desde Fomento se habla de una cantidad que, entre 2009 y 2010, rondaría los 1.800 millones de euros.