La TDT y su oferta multicanal ha hecho trizas las audiencias. La atomización de la cuota de pantalla y la consiguiente reducción de los ingresos publicitarios ha enrojecido aún más las cuentas negativas de las televisiones autonómicas públicas, cuyo modelo calcado de la Televisión Española (TVE) de los años 80 del pasado siglo está en la picota desde que hace dos décadas irrumpieron las cadenas privadas.

Además, en la situación de crisis actual en la que los tijeretazos están esquilando los presupuestos, los números rojos de las televisiones públicas llaman más que nunca la atención. Ese es el caso de Radio Televisión Valenciana (RTVV), que cerró 2008 -el último año auditado- con unas pérdidas de 245,2 millones. El ente, que lleva más de una década en quiebra técnica según la Sindicatura de Comptes, es la segunda autonómica que más dinero pierde tras la catalana.

Hace dos años, RTVV acumulaba una deuda de casi 1.160 millones de euros. A finales de 2008 la corporación tenía préstamos suscritos por valor de 1.051,5 millones con diferentes bancos luxemburgueses, alemanes y españoles. La Generalitat, como accionista única de RTVV, en 2009 se hizo cargo de dicha deuda y sus intereses. Además, a través de la Ley de Presupuestos, obligó al ente a no generar más déficit. Para ello tuvo que casi triplicar su subvención a la corporación, que pasó de 51,4 millones de euros en 2008 a los 149 presupuestados en 2009 y a los 139,7 previstos para este año. Las cuentas de 2009 no se conocen aún, pero el socialista Miguel Mazón, consejero de RTVV, señala que es probable que las "pérdidas superen los 200 millones de euros".

El director general de RTVV, José López Jaraba, en este primer ejercicio que aborda íntegro al timón del ente -llegó al cargo el pasado 28 de agosto-, confía "en gastar menos dinero que en años anteriores". Su reto es complicado porque entre 2001 y 2008 la sangría de pérdidas de la corporación se disparó un 83%, mientras los ingresos por publicidad caían un 20% y la audiencia de Canal 9 se redujo un 37%.

"Escasez de financiación"

Señala, que RTVV, "como el resto de autonómicas, en una coyuntura de crisis generalizada, se ha visto afectada por una escasez de financiación". "Hay una penuria financiera en España que obliga a revisar todo, desde el gasto de sanidad hasta el de televisión. Todas las autonómicas estamos con un presupuesto a la baja", apunta.

López Jaraba apuesta por "reformar el modelo de la televisión autonómica, su dimensión y su carácter de servicio público", pero apunta que esto deben hacerlo las fuerzas políticas y el sector audiovisual. "Para que la televisión pública pueda continuar 20 años más, los partidos deben reflexionar a fondo, de forma responsable, sin partidismos ni trincheras, en un debate en el que también debe participar el sector audiovisual, ya que es la industria paralela que genera la televisión valenciana", aclara.

La coincidencia en la necesidad de reformar el modelo de RTVV es unánime, aunque como señala el profesor de Estructura de la Comunicación de la Universidad Cardenal Herrera-CEU y autor de una tesis doctoral sobre los orígenes del ente, Juan José Bas, "todo el mundo es consciente de que hay que cambiar de modelo, pero nadie lo hace".

Bas explica que en un modelo publico "el gran problema es hacer compatible la rentabilidad económica con la social". En su opinión "hay que defender la idea de los medios públicos autonómicos, que tienen que existir, y llegar allí donde no llegan las cadenas privadas".

Lo que es inviable a su juicio "es un modelo de televisión pública con un planteamiento de gestión económica de empresa privada". Bas entiende que en el panorama audiovisual actual "sólo se puede hacer un modelo de contenidos de servicio público acompañado de un sistema de financiación transparente, clarísimamente con apoyo público".

En este contexto, recalca que si las administraciones autonómicas quieren una televisión pública "tendrán que asumir un coste económico que se tiene que valorar". "Desde una lógica pública, y defendiendo el medio público, las autonómicas deben de ser eficientes económicamente, y por tanto recortar gastos", concluye. TVE, explica, "ha costado mucho de reformar porque ningún gobierno quería abordar el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) con el que ha reducido su plantilla".

En este sentido, el historiador de la Comunicación Antonio Laguna, pone el dedo en la llaga: "La sociedad valenciana no se puede permitir el lujo de mantener una televisión con ese nivel de endeudamiento". "Dedicar 200 millones de euros anuales para RTVV es insostenible, es una cuestión de tiempo. Mientras el objetivo sea el propagandístico, el PP hará lo que pueda pero llegará un momento en el que no podrá mantener la cadena y sus más de 1.800 trabajadores". Según CC OO, el ente público cuenta con una plantilla de 1.000 trabajadores fijos y unos 850 eventuales.

Laguna, aunque admite que es "políticamente incorrecto decirlo", se pregunta: "¿Cuánto va a durar RTVV?" "Tampoco se quería cerrar Altos Hornos de Sagunt y otras empresas públicas y se tuvo que hacer la reconversión de los años 80. RTVV es en estos momentos es un mecanismo de propaganda del pasado que no se puede mantener, su futuro pasa por una reconversión brutal o su cierre".

"Un elemento de cohesión"

La portavoz del PP en la comisión de RTVV en las Corts, Sagrario Sánchez, defiende que las "televisiones públicas cumplen con una función informativa esencial para la sociedad, difundiendo la cultura, y en nuestro caso también la lengua, atendiendo a las necesidades de todos los grupos sociales, y ejerciendo como un elemento de cohesión ciudadana. Por eso es esencial que se mantengan, aunque ahora lo moderno parezca ser lo contrario".

Desde el PSPV, Miguel Mazón, apuesta por que el nuevo modelo "prime el rigor y la independencia, con el fin de hacer una televisión para todos, y no para el PP y Camps, ya que el dinero público no está para eso". "Hay que definir en las Corts qué televisión queremos, cuánto nos va a costar y buscar el endeudamiento cero. Es decir, que RTVV cueste lo que se decida en las Corts".

El sociólogo Toni Mollà, autor del libro Quina televisió pública? y de la tesis doctoral La televisió valenciana del segle XXI, cree que la viabilidad del ente, "como cualquier empresa, pasa por ajustar ingresos (financiación pública, publicidad y venta de productos) y gastos. RTVV debería apostar por la producción de contenidos capaces de competir en el mercado global sin sacrificar su misión de servicio público".