El anuncio circula por internet con una sintaxis tan fría como si la mercadería en venta fuese una cámara de video o un set de bricolaje. "Hola, soy Jennifer, tengo 25 años, vivo en Valencia y he decidido vender mi virginidad". En los primeros anuncios pedía 120.000 euros. Ahora, la oferta de Jennifer ha caído hasta los 70.000 euros. Es el dinero que pide esta joven colombiana para desprenderse de lo más íntimo de su vida.

En internet no cuenta por qué ha tomado semejante decisión. Los motivos los cuenta en persona. En primer lugar, asegura Jennifer, necesita el dinero para saldar "una deuda bancaria". También busca un apoyo económico para que su madre "regrese a Colombia a descansar y ser tratada de la hernia que sufre". Por último, Jennifer cree que con el resto del dinero podría "empezar a estudiar la carrera universitaria de Químicas" en Valencia.

Más allá del crédito que puedan merecer estos supuestos motivos, el hecho es que Jennifer busca comprador para su primera vez. Lo persigue desde hace unos seis meses. Y según cuenta, ya le han llegado algunas ofertas. "Un chico me llegó a ofrecer 120.000 euros para que estuviera toda una semana con él, pero ya no ha vuelto a responder. Otro hombre de Marbella estaba dispuesto a pagarme 130.000 euros, pero quería que yo me dejase grabar en vídeo y lo rechacé. Y también hubo otro que, después de hablar conmigo, me ofreció 200.000 euros por acostarse conmigo y con mi hermana. Yo dije que no. Me piden cosas malucas, y ésas no son las condiciones", afirma Jennifer.

Ella explica que, cuando le llame "una persona seria" y hablen de las condiciones de pago, acudirá a un centro sanitario para obtener el "certificado médico" que acredite su supuesta virginidad. Antes no. "Si me hago el examen médico seis meses antes no creo que sirva de mucho", añade con ironía.

Las ironías, sin embargo, se acaban cuando Jennifer desgrana su vida. Vino a España hace cinco años tras dejar a medias, afirma, la carrera de Ingeniería de Sistemas en la Universidad Cooperativa de Colombia. Desde entonces, las cosas han ido de mal en peor. Hace ya tiempo que no trabaja. Tampoco lo hacen su hermana y su madre, salvo esporádicas horas como limpiadoras domésticas. Las tres están pasando penurias económicas y la dueña del piso que tienen alquilado en Xirivella va a desalojarlas en breve. También han perdido la casa que poseían en Colombia.

Jennifer dice que ya está "cansada de enviar currículos" sin éxito y de ver a su madre enferma y sin poder volver a Colombia. "Ella no lo sabe y no estaría muy de acuerdo con lo que voy a hacer", reconoce. Pero Jennifer tiene la decisión tomada. Cree que es la única forma -o al menos la más eficaz- para salir del bache. "Si yo estuviera en Colombia y todo me fuera bien no haría una cosa de éstas. Porque a mí no me interesan los lujos. Sólo busco una oportunidad", asegura la joven.

Otros casos en la red

Jennifer no es la única que vende su virginidad. En varios foros de internet pueden encontrarse ofertas similares. Una española de 35 años afincada en Valencia mercadea con su himen en busca de "hombre educado, culto y solvente". Otra mujer que dice llamarse María, de 37 años y radicada en Valencia, ha tomado la decisión de subastar su primera vez por "no encontrar ninguna solución a mis graves problemas económicos". Una mujer de 35 años, afincada en el cap i casal, asegura en otro foro: "Nunca me ha besado ni tocado nadie (...) por mi religiosidad. Ahora sigo abrigando ideas religiosas pero hay cosas en las que ya no creo", añade.

Evelyn detiene la puja por problemas de salud

El caso de Jennifer tiene un precedente sonado en la Comunitat Valenciana. Se trata de una colombiana de 28 años llamada Evelyn Dueñas, afincada en Valencia, que subastó el año pasado su virginidad en una puja que partía de 15.000 euros. Evelyn quería el dinero para seguir sus estudios y ayudar a su madre, afectada de Alzheimer, según ella misma dijo. Recibió algunas ofertas, pero todo se ha paralizado. Según explicó ayer, Evelyn sufre ahora una "depresión" y "problemas en la columna vertebral". "Hace tiempo que estoy alejada del ordenador y por el momento no quiero saber nada de aquello porque así es imposible", cuenta. Pero no es una renuncia, sino un aplazamiento. "Confío en Dios para que todo esto vaya a mejor y pueda seguir con la subasta", afirma la colombiana. Ella sigue siendo virgen, asegura, y con ganas de vender su virginidad. Cuenta que en esto meses ha ayudado a otras chicas de "Costa Rica, Colombia y otros países" a colgar sus anuncios para vender su primera vez. Pronto espera poderlo hacer ella.