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La complicada situación jurídica en la que se encuentra el ex presidente de Baleares, Jaume Matas, al que la Justicia imputa nueve delitos relacionados con la corrupción, deja en evidencia la decisión

tomada hace siete años por el Consell de nombrar al ex ministro de Medio Ambiente «Ambaixador» de la Comunitat Valenciana». De hecho, si Matas resulta condenado el Ejecutivo de Francisco Camps se vería obligado a revocarle la concesión de un galardón que por su propia naturaleza vincula la imagen de la persona reconocida con Valencia.

La distinción, de carácter honorífico, fue anunciada por el presidente de la Generalitat en los primeros meses de su mandato con motivo de la cumbre valenciano-balear que se celebró en Valencia en septiembre de 2003, un encuentro al que asistió el propio Matas. Camps justificó la concesión en el impulso al Plan Hidrológico Nacional (PHN) ejercido por Matas en su etapa de ministro de Medio Ambiente.

El jefe del Consell, quien también buscaba agradar al ex ministro amigo de Eduardo Zaplana, tuvo que crear ex profeso un galardón con el que se recuperaba la denominación de «ambaixador del Antiguo Reino de Valencia» un título con el que se distinguía el trabajo por la defensa de los intereses territoriales.

La idea tomó forma legal a través del decreto 247/2003 en el que se regularon las condiciones y requisitos para obtener el galardón. Aunque el mismo tiene carácter indefinido, también puede ser revocado. El artículo 5 del citado decreto especifica que podría perder el título «previa audiencia del interesado, cuando la conducta pública de las personalidades distinguidas sea manifiestamente contraria a los intereses generales o peculiares de la Comunitat, así como cuando la persona condecorada sea condenada por un hecho delictivo, en virtud de sentencia firme».

En un decreto posterior, y a propuesta del entonces conseller de Presidencia, Alejandro Font de Mora, el Consell concedió la distinción a Matas por «la exaltación, colaboración y manifestaciones que han contribuido a la difusión y defensa de los intereses de la Comunitat».

Jaume Matas declarará hoy como imputado en el caso de la construcción del velódromo Palma Arenas después de que ayer se aplazara su cita con el juez por la aparición de nuevas pruebas. Entre otras causas, Matas está acusado de presunto enriquecimiento ilícito y desvio de fondos públicos.

El vínculo de Matas con la Comunitat pone ahora al Consell de Camps en un aprieto político, principalmente por una cuestión de imagen. De hecho, el ex ministro de Medio Ambiente es el único que detenta un título que en teoría estaba concebido para ser otorgado a otras personalidades.

El fiasco del título

En realidad, la concesión fue un fiasco desde su inicio. Matas jamás volvió a pisar oficialmente el Palau y no recibió nunca ningún encargo específico del Consell para la «promoción de los intereses peculiares de la Comunitat», tal como se preveía en el decreto de creación del galardón. La Generalitat tampoco organizó ningún acto público para hacer entrega a Matas de la distinción, «un prisma hueco fabricado en plata» con la silueta de geográfica de la Comunitat en el anverso.

Aunque durante la anterior legislatura Camps y Matas mantuvieron otros encuentros, la sintonía que ambos mostraron en aquel encuentro en el Palau se evaporó casi con la misma celeridad con que la hizo la relación entre Camps y su mentor Eduardo Zaplana, quien sí mantuvo su estrecha relación con Matas.

Baleares se cayó del eje de la prosperidad

Las relaciones institucionales entre la Comunitat Valenciana y Baleares han estado condicionadas por el color político del inquilino del Consolat del Mar, sede del Gobierno balear. Aquella cumbre con la que Camps estrenó legislatura, en la que se sellaron acuerdos de colaboración en materia energética, cultural, sanitaria y turística fue el germen del denominado Eje de las Prosperidad, un alianza a la que se unió Esperanza Aguirre en 2004. El grupo de presión de los barones regionales del PP al recién estrenado Gobierno de Zapatero funcionó hasta que las urnas devolvieron a los socialistas a la presidencia balear. Durante esta legislatura las relaciones institucionales con la comunidad vecina han sido prácticamente inexistentes. De hecho, Camps y Aguirre recuperaron el concepto del eje de la prosperidad sin Baleares en un encuentro en 2008. Camps ha circunscrito sus relaciones a las comunidades gobernadas por el PP, fundamentalmente con el presidente de Murcia con el que se ha reunido 58 veces.