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­Por segundo año consecutivo, la Conselleria de Educación ha vuelto a dejar a los alumnos de quinto de Primaria sin los portátiles que contempla el convenio nacional Escuela 2.0 para dotarles de ordenadores progresivamente, y en el plazo de cuatro años, desde quinto hasta segundo de ESO.

El año pasado el Consell centró las razones de su rechazo a firmar el citado convenio con el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, en las consecuencias para la salud visual de los estudiantes por el uso continuado de unas pantallas —de 10 y 11 pulgadas— que el conseller, Alejandro Font de Mora, consideró demasiado pequeñas, hasta el punto de apuntar, parafraseando a una fundación oftalmológica, que podrían causar «miopía».

Expertos profesionales del campo de la visión descartaron dicho extremo abiertamente ante la ausencia de investigaciones que avalaran semejante conclusión y, ahora, el principal argumento que exponen desde la Generalitat para volver a oponerse a la firma del convenio de los portátiles es que «la Comunitat Valenciana quiere un programa piloto», en palabras de la portavoz de Educación en las Cortes, María Barrieras.

«En Cataluña sí tolera el copago»

«En Cataluña se permite el pilotaje y copago de los padres. El Gobierno ha decidido que paguen la mitad de los ordenadores los padres y no pasa nada. Cataluña hace lo que quiere sin problema pero la C. Valenciana, que quiere un programa piloto, no». Abiertamente indignada, la diputada popular ha declarado que también a Cantabria se le permite destinar los ordenadores a centros piloto implicando a «no más de 800 alumnos, y se ha aceptado».

Paradójicamente, la misma portavoz popular que reclama un plan piloto para no generalizar los portátiles hasta no comprobar la bondad de su uso continuado, critica una «distribución indiscriminada y sin un fin», lamentándose de que el plan Escuela 2.0 se limite «nada más a cuatro cursos».

El propio Font de Mora ha propuesto esta vez al ministerio que la implantación del portátil sea «gradual» realizando «un pilotaje en algunos centros» para luego ampliarlo a todo el sistema.

Esta política del proyecto piloto sigue la tónica de la puesta en marcha de la Generalitat de las apuestas educativas del titular de Educación: implantar el chino como programa experimental, voluntario y en horas extraescolares tan sólo en 10 institutos y, el curso que viene, como materia optativa; un programa plurilingüe que incluye la línea en inglés en los centros públicos pero limitada este curso a un solo colegio por provincia y ampliado únicamente a otro centro a partir de septiembre; o el también programa de refuerzo escolar, voluntario para profesores y alumnos pese a que los datos de fracaso escolar sitúan a la C. Valenciana a la cola del país.

«Pedimos que se replantee Escuela 2.0»

El Consell lo que quiere es que el convenio Escuela 2.0 que el Gobierno ha anunciado para este año «se adapte al proyecto TIC que está en marcha en los colegios valencianos». Es decir, que pide al Gobierno «un replanteamiento, evaluando el coste real de la instalación de portátiles en el aula, la formación del profesorado, el equipamiento, el mantenimiento, la adquisición de materiales didácticos adecuados..». Todo el gasto que los directores de Primaria han echado repetidamente en cara al Consell por no abordarlo. Para colmo ahora consideran en el departamento de Font de Mora que antes que los portátiles deben llegar los libros electrónicos porque no ven sentido a los ordenadores sin el contenido curricular.