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El diseño de la máquina es tan importante como la destreza del piloto en una carrera de motos. Lo afirma el profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Diseño de Valencia, Manuel Martínez Torán, coordinador del equipo multidisciplinar UPV-Benicalapteam, que compite en el desafío Motostudent. consistente en el desarrollo de un prototipo de biplaza de competición de pequeña cilindrada (125 2 tiempos)cuya velocidad se probará en el circuito Motorland de Alcañiz.

El carenado, la estructura de madera y pasta de modelado sobre el que se van ensamblando piezas reales y que ya deja entrever el diseño de la moto, está prácticamente concluido en el taller de la escuela de Diseño de la Universidad Politécnica de Valencia, de ahí que el equipo lleva las siglas UPV. El piloto de Moixent, Pau Tortosa, lo ha probado para comprobar la adaptación y poner a prueba su destreza.

El conjunto está compuesto por ingenieros de diseño, que trabajan en el chasis; ingenieros técnicos mecánicos, que están actuando sobre aspectos estructurales como el tubo de escape, y los ingenieros técnicos en electrónica, encargados de la telemetría.

"Es una relación compleja porque es un equipo multidisciplinar entre técnicos e ingenieros, del grado superior de Automoción del IES Benicalap, de la escuela superior de Diseño y del Instituto de Diseño y Fabricación. El objetivo es que los estudiantes conozcan la realidad industrial y la competición desde esta propuesta de ingeniería", explicó a Levante-EMV el profesor Martínez Torán.

En su opinión, es "difícil innovar en una moto" y aunque ésta no será eléctrica sí que hay intención de desarrollar en el futuro un modelo de estas características.

En la competición Motostudent hay 26 equipos inscritos de universidades de España y Europa, cuyo promotor principal es Moto Engineering Foundation y Motorland Aragón. En el caso de los valencianos, cuentan ya con unas quince entidades patrocinadoras aunque, de momento, disponen de un presupuesto de 10.00 euros.

La moto debe disponer de unas piezas comunes: motor, dirección, amortiguador, y otras de desarrollo propio: la estructura del chasis, aerodinámica del carenado, admisión del motor, el escape. Son tres fases: la presentación del proyecto, con las pruebas de funcionamiento con prototipo; las pruebas de seguridad en banco, en donde se evalúan las prestaciones (frenada, aceleración, estabilidad, velocidad, y la carrera. En el caso valenciano se ha querido minimizar al máximo el chasis, así como la adaptación al piloto, la aerodinámica y el consumo.

Uno de los participantes, Antonio Hijana, comentó a este diario que "vamos a intentar ganar" y señaló que esta iniciativa les ha permitido "aproximarnos a la realidad del mundo laboral en la Industrial. Te das cuenta de los problemas que van surgiendo durante la fabricación. Está siendo una buena experiencia para los estudiantes".