Los futuros viajeros de la línea de alta velocidad desde el centro de la península al Mediterráneo atravesarán 54 kilómetros de túneles y de espectaculares viaductos. Son auténticas filigranas de la ingeniería ejecutadas para superar zonas medioambientalmente protegidas, áreas geográficas abruptas, alguna zona montañosa y áreas urbanas como Valencia, Alicante o Elx, entre otras ciudades. Un reto que el Ministerio de Fomento, a través del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), junto a las empresas constructoras ha superado para que el trazado Madrid-Valencia se inaugure a final de año y llegue a Alicante en 2012.

La Línea de Alta Velocidad Madrid, Castilla-La Mancha, Comunitat Valenciana, Región de Murcia es la más larga que se construye actualmente en el mundo. Y tantos kilómetros dan para mucho. En la construcción de los 54 kilómetros de túneles, se han batido siete récords mundiales como ha sucedido al ejecutar el bitubo de la Cabrera. Y también se han superado contratiempos como el desprendimiento del terreno en el túnel de El Regajal, que no ha alterado el plazo de recepción del tramo.

El túnel de la Cabrera, entre Siete Aguas y Buñol, es el más largo de la línea de alta velocidad a la Comunitat Valenciana y el sexto de España. Está compuesto por dos tubos circulares de 8,75 metros de diámetro, excavados en materiales rocosos carbonatados. En los diez meses que duró la excavación se han batido siete récords mundiales de excavación diaria mediante tuneladora (se perforaban 98,2 metros al día al mismo tiempo que se colocaban 58 anillos de hormigón).

Torrent también tiene el privilegio de albergar en su término municipal el túnel artificial ferroviario más largo de España, con sus 2.290 metros de longitud. El falso túnel atraviesa el barranco del Poyo y discurre bajo la carretera entre Torrent y Alaquàs, que tuvo que cortarse temporalmente al tráfico. La bóveda, con una anchura libre máxima de 13,72 metros, se ejecutó in situ.

Y una última infraestructura de récord. El viaducto de Contreras alberga el mayor arco de hormigón de un puente ferroviario de la red europea con sus 261 metros de luz. El arco, la verdadera complicación de la obra descansa sobre seis pilas que alcanzan los 37 metros de altura.