Comenzar el curso en la Educación Secundaria y los Bachilleratos durante la primera semana de septiembre y que los exámenes de repesca se realicen en julio son propuestas que baraja la asamblea de directores de institutos de la provincia de Valencia, como manifestaron en la reunión del martes.

Ante la ineficacia de las pruebas de repesca de septiembre, con "muy bajos índices de aprobados", y la premura de tiempo para organizar el curso en los primeros días de ese mes, la mayoría de directores de instituto considera preferible que estas pruebas sean trasladadas a julio, cuando los alumnos suspendidos "tienen aún frescos los conocimientos recibidos durante el año. No estamos hablando de nada nuevo porque esto ya se hacía en el antiguo BUP con las pruebas de suficiencia", explicó ayer a Levante-EMV el representante de este colectivo, Vicent Baggetto.

"El porcentaje de aprobados en septiembre es muy bajo y el de presentados, ridículo. Además, el calendario escolar en esas fechas es una locura: organización, selectividad, matrícula; ni siquiera permite que los alumnos tengan plazo de reclamación a las notas de estas pruebas extraordinarias porque no cabe", aseguró el portavoz.

Como el calendario obliga a que en estos niveles educativos haya 175 horas de días lectivos, la propuesta es que las clases se adelanten en septiembre a la primera semana y que acabe unos días antes que en la actualidad en junio, para cumplir lo establecido. Así, habría tiempo para dar repaso a los alumnos suspendidos que lo necesiten y que en las primeras semanas de julio realicen la repesca. También, la organización del curso estaría prácticamente terminado antes de comenzar las vacaciones estivales.

El acuerdo será llevado a la reunión que tienen prevista los directores con responsables de la Conselleria de Educación. No obstante, está en sintonía con la iniciativa puesta en marcha por este departamento autonómico para hacer frente al fracaso escolar. Se trata del Plan Èxit, que permite a los alumnos de ESO suspendidos que den clases en julio poder ahorrarse el examen de septiembre.

Sin embargo, en un futuro no muy remoto, los directores lo que desean es que desaparezcan estas pruebas extraordinarias.

Sin selectividad en septiembre

La lógica de los nuevos procedimientos así lo evidencia. Las universidades cada año adelantan más el inicio del curso. Lejos ha quedado cuando comenzaba en octubre. A mediados de septiembre suele ser lo habitual. Pero, prácticamente se junta con las pruebas de selectividad.

El calendario de la Universitat de València para 2010-11 prevé el día 15 como inicio de clases, mientras que la selectividad concluirá el 14 y el 20 se conocerán los resultados.

Con el proceso de reforma universitaria, denominado Plan de Bolonia, desaparecerán estas pruebas de acceso universitario, aunque este curso aún tiene las dos convocatorias.

"No tienen sentido los exámenes de septiembre en Bachillerato y todo a punta que con Bolonia no los habrá en ese mes en la universidad como tampoco la selectividad", comentó el director Vicent Baggetto.

Por otra parte, preguntado sobre la pretensión de la conselleria de reducir decenas de grupos en los institutos, indicó que si se confirma, será "bastante grave. Pero debemos tener coherencia y racionalidad, porque hay veces que la situación sí lo permite". Desde Educación dijeron que, aunque no hay una decisión firme, se trata de "racionalizar recursos".

En contra del nuevo modelo de sexenios

Los sindicatos docentes CC OO, FETE-UGT y ANPE exigieron ayer, conjuntamente, a la Conselleria de Educación la retirada de la orden de reconocimiento de los sexenios por considerar que "se enfrenta" con esta norma a 40.000 profesores afectados, al "imponer un nuevo modelo de formación" para lograr este complemento retributivo, por lo que no descartan movilizaciones.

Para el STE-PV, la modificación de las condiciones "certifica el agotamiento del modelo retributivo jerarquizador". Tras la mesa sectorial, indicó que este sistema "discrimina a parte del profesorado: interinos, los que están en prácticas y los que no lleguen a seis años de antigüedad.