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Si una vida de 80 años pudiera resumirse en un acto, un solo gesto, la historia del periodista José Chirlaque quedaría sintetizada en su última acción. Llevaba varios meses luchando contra una grave enfermedad y hace dos semanas que había ingresado en una clínica de Valencia con la salud ya muy deteriorada. Desde la cama del hospital, aplicando a la muerte el olfato que le guió en su oficio, Chirlaque vio que su final se acercaba y confesó a su hijo mayor que había dejado un sobre en casa que debía ser abierto tan pronto falleciera. La muerte le llegó el pasado domingo a las cinco de la mañana, una magnífica hora para los necrologistas y el personal de talleres de un periódico. Pocas horas después del fallecimiento, cuando el primogénito abrió el sobre indicado, encontró en su interior la esquela de su padre que él mismo había redactado antes de fallecer.

El encabezamiento decía así: "Rogad a Dios en caridad por el alma de don José Chirlaque Gaya, católico practicante, carmelita terciario, ex concejal del Ayuntamiento de Enguera, cronista honorario, escritor, periodista, ex secretario general de la RFEC y de la RFCV, ex director de la revista Fontilles".

Eso era la síntesis, la entradilla de su vida. Pero detrás de estos cargos y siglas se escondía una vida polifacética. José Chirlaque nació en Enguera en 1929. Después de unos años ejerciendo como corresponsal del diario Levante en la capital de la Canal de Navarrés, Chirlaque se incorporó a la plantilla de este rotativo en los años cincuenta para escribir en las páginas de Región. Durante muchos años compaginó su trabajo vespertino de periodista con su ocupación matutina en el gabinete de relaciones externas de la Caja de Ahorros de Valencia. Y por supuesto, nunca olvidó su localidad natal. José Chirlaque se había mudado a Valencia para trabajar pero siguió ejerciendo como cronista oficial de Enguera hasta 1989 -año de su relevo- y publicando regularmente en la Revista Enguera variados estudios locales.

Tras jubilarse en 1989, Chirlaque abrió nuevos horizontes en su vida. Destacó por su estrecha vinculación con el mundo de la colombicultura, donde es recordado como una verdadera institución. Fue secretario de la Federación de Colombicultura de la Comunitat Valenciana y de la federación española durante una década. También destacó por dirigir la revista federativa nacional "Palomos deportivos" y fundar la publicación autonómica "Coloms i colombaires". En recompensa a su labor divulgativa de este deporte , la federación española le entregó en 2004 la Medalla de Bronce al Mérito Colombicultor. También dirigió durante una época la revista del sanatorio de Fontilles.

Salto a la política

Aunque siempre estuvo pegado a su pueblo natal, la jubilación permitió a José Chirlaque estrechar lazos con Enguera e implicarse más en la vida local. Tanto fue así que, entre 1991 y 1995, fue concejal de Enguera por el PP tras perder las elecciones como cabeza de cartel frente al candidato socialista. También fue secretario de la asociación de jubilados de Enguera, pueblo al que acudía casi todos los fines de semana y durante los periodos vacacionales. Cerca de su casa situada frente a la gasolinera de la localidad podía verse a Pepe con su típico sombrero y su inseparable bastón. Allí, en su Enguera natal, fue enterrado ayer por la tarde para desconsuelo de su viuda, sus cuatro hijos y seis nietos.

José Chirlaque Gaya tendrá un lugar en la historia del periodismo valenciano por méritos propios, y también una anécdota para la eternidad: Su trayectoria profesional quedará marcada por ese último y definitivo acto: haber dejado escrita su propia esquela, su último artículo, y haber facilitado su entrega al periódico justo antes del cierre definitivo de la edición del día de su muerte.