Hamilton O. Smith (Nueva York, 1931) es uno de los biólogos moleculares del momento, ya que ha participado junto a Craig Venter en la creación de la primera célula artificial. Insertaron en la bacteria "Mycoplasma capricolum" un genoma artificial, logrando que este nuevo organismo unicelular se reproduzca. Smith recibió el Nobel por el descubrimiento de las enzimas de restricción y su aplicación para genética molecular, ya que funcionan como unas "tijeras genéticas" que al seccionar trozos de la cadena del genoma ha hecho posible las ya populares pruebas de ADN.

?

Forma parte del equipo de Craig Venter que ha creado la primera célula sintética. Algunos colegas les comparan ya Galileo, Darwin o Einstein... ¿Estará orgulloso, no?

No me siento al mismo nivel que Galileo o Darwin, pero si tengo claro que este descubrimiento es lo mejor que hemos hecho.

No todos piensan que la célula que han creado sea vida artificial.

No es realmente vida artificial. Lo que hemos conseguido es sintetizar, construir una célula sintética muy similar a otra existente a partir de material genético diseñado por or ordenador. Artificial no es lo mismo que natural. Si hubiéramos hecho un brazo artificial, tendríamos que haber recurrido a metal o a madera para hacerlo, pero entonces no se sería de carne y hueso. Lo que hemos hecho es sintetizar células madre para crear un ser sintético, que es que es real, es algo con vida.

¿Nos ayudará a comprender mejor cómo funcionan las células?

Si, ese es mi principal interés. Usamos esta nueva tecnología para entender realmente las instrucciones genéticas de las células. No estaremos preparados para diseñar células sino comprendemos antes cómo funcionan.

¿Esto permitirá crear seres vivos?

¿Humanos? Nooo... -dice entre risas-. Tal vez no podamos crear más que bacterias sintéticas u otros organismos simples, pero yo no creo que se puedan crear no seres de la complejidad de un animal o un humano. Quizás dentro de 100 años se pueda hacer, pero pienso que eso no sería ético.

Mucha gente está preocupada por si su descubrimiento cayera en manos equivocadas. ¿Que pasaría?

Se moriría. La bacteria que hemos creado no sobreviviría fuera del laboratorio. La extrajimos de una cabra y la nueva que hemos creado no sobreviviría en dicho animal, porque le hemos quitado 14 genes. Sólamente sirve para investigación científica.