El caso Gürtel ha acabado imponiéndose a la crisis económica en la sesión de control de hoy en Les Corts al president de la Generalitat, Francisco Camps, en la que sus señorías han reído, aplaudido y jaleado a los protagonistas de una función en la que algunos se han sentido como Don Juan Tenorio.

Unas preguntas sobre política industrial, contrataciones del sector público valenciano y reactivación de la economía hacían augurar un pleno de control centrado en la crisis económica, pero el fantasma del Gürtel, que planea desde hace casi año y medio sobre todas las sesiones de control, lo ha impedido.

Tras los aplausos de rigor del grupo popular, Camps tuvo, con la pregunta que le formuló el portavoz popular, Rafael Blasco, sobre la política industrial del Consell ante la crisis, su única ocasión para hablar de coyuntura económica, pues a partir de ese momento el caso Gürtel y los derribos del Cabanyal centraron el programa.

El portavoz socialista, Ángel Luna, sacó en esta ocasión los sobrecostes de 600 millones de euros en la Ciudad de las Artes y las Ciencias (CACSA) y se preguntaba "cuántos 'Gürtels'" caben en esta cantidad, lo que ha levantado la indignación de Camps, que ha anunciado que pedirá a los servicios jurídicos de la Generalitat que estudien si hay alguna "irregularidad" en estas declaraciones.

En los pasillos, Luna ha confesado que ha entendido esa frase "como una amenaza", y que lo primero que se le ha venido a la cabeza son las frases del Tenorio que dicen "no me causan pavor vuestros semblantes esquivos; jamás ni muertos ni vivos humillareis mi valor".

"Es lo único que le puedo contestar a ese nivel", ha añadido Luna, quien ha confesado que, para insuflarse "el coraje que hace falta todos los días para hacer" su labor, ha dado instrucciones a su asistente para que le enmarque las dos reprobaciones que el PP aprobó contra él y que se han publicado en el Boletín Oficial.

"Las voy a colocar en mi despacho en lugar preferente, para ver todos los días cómo se comporta el Consell con los que le preguntamos por el uso del dinero público", ha dicho Luna, que ha criticado las "gracietas" de Camps, quien a su juicio equipara su actuación en la sesión de control "a la de cualquiera que se sube a un escenario para hacer reír a la concurrencia".

Durante la sesión de control, Luna recriminaba a Camps por auspiciar los "caprichos" del arquitecto Santiago Calatrava, y éste le recordaba, ante el regocijo de la bancada popular, que para "capricho" el del socialista, cuando siendo alcalde de Alicante cambió las aceras de la ciudad por "granito escandinavo" y luego se fue de crucero por los Fiordos.

Luna ha confesado en los pasillos que sí ha estado en los Fiordos, porque tiene un hijo "muy estudioso" que estuvo un año en la Universidad de Oslo con una beca, al que fue a llevarle material en su propio coche desde Alicante, y "naturalmente" aprovechó para darse "una vuelta" por distintas ciudades que ha enumerado.

Las risas y los aplausos de una y otra bancada han sido una constante, una vez más, en la sesión de control, donde la presidenta de Les Corts, Milagrosa Martínez, ha llamado al orden por dos veces al socialista Eduardo Vicente, quien desde su escaño le ha respondido "ya me ordeno señora mía".

El portavoz socialista también ha afirmado que el Ágora de la Ciudad de las Artes "más bien parece un mausoleo personal del señor Camps que otra cosa, porque no saben exactamente a qué lo van a dedicar", mientras que la portavoz adjunta de Compromís Mónica Oltra comparaba al jefe del Consell con el "rey Sol".

"Yo también soy Mónica Oltra", afirmaba su compañero de escaño Josep María Pañella ante las críticas de Camps a la diputada, mientras el portavoz del grupo, Enric Morera, reconocía que el otro día pensó en comprarle a Camps una hucha en la "escuraeta de San Vicent" para que empiece a ahorrar.