El protocolo de intenciones firmado por Bancaja y Caja Madrid conlleva un reparto de la red de sucursales que en la actualidad tiene cada entidad. Según explicó el presidente de la caja valenciana, José Luis Olivas, durante la reunión del consejo de administración de ayer, Bancaja se hará cargo de todas las sucursales que Caja Madrid tiene en la Comunitat Valenciana (131) y Baleares (29). Por su parte, la entidad valenciana cederá todas sus oficinas en la Comunidad de Madrid (93) y en Castilla-La Mancha (28). Queda por determinar qué sucederá con los locales que ambas tienen en el resto de territorios y si, como está sucediendo en otras fusiones virtuales, se adjudican al banco que actuará como entidad cabecera del grupo.

Durante la reunión del consejo, Olivas insistió en que la decisión de unirse con Caja Madrid es fruto de una coyuntura en que los mercados de capitales, por culpa de la crisis de la deuda, están cerrados. Bancaja tiene vencimientos este año de 3.500 millones y de 3.000 en 2011, lo que hacía muy conveniente para la entidad, después de que se rompiera la expectativa de una subida de tipos, de encontrar un socio para, juntos, poder acceder al capital. Olivas insistió en que los problemas de Bancaja son de liquidez, por el estrangulamiento de los mercados, y no de solvencia.

El presidente de Bancaja, por otro lado, dejó entrever, según los asistentes al encuentro, que en la opción de Caja Madrid también ha pesado la cuestión ideológica, en el sentido de que ambas autonomías están gobernadas por el PP. Olivas, asimismo, admitió ayer que en este ya largo proceso de reestructuración del sistema financiero ha recibido ofertas de algunas cajas medianas, que no ha aceptado, al igual que hizo a principios de 2009, por inadecuadas, con Cajastur y Caja Navarra.El ex presidente de la Generalitat reiteró que los intentos de una fusión con la CAM no prosperaron porque los informes encargados constataron la inviabilidad del proyecto por los elevados costes. En este sentido, concluían que la integración necesitaría diez años para amortizar la operación incluso contando el dinero del Frob. El SIP con Caja Madrid lo han dejado en manos de las consultoras Deloitte y Uría y Menéndez.

Los negociadores barajaron utilizar el Banco de Valencia como ficha bancaria

El Banco de Valencia, la joya de la corona de Bancaja, parece que va a mantener sin cambios su estatus en la nueva entidad que surgirá del SIP entre la caja valenciana y Caja Madrid. José Luis Olivas seguirá siendo su presidente y Bancaja mantendrá el 38% del capital. Como aseguraban fuentes financieras consultadas por este diario, va a ser difícil que Bancaja venda su participación en el banco, porque sería perder la última sede financiera si no tomamos en consideración el sector de las rurales. Aunque en el futuro, incluso inmediato, todo puede suceder. De hecho, los negociadores de la fusión virtual barajaron la posibilidad de convertir el Banco de Valencia en la entidad bancaria que aglutinara al nuevo grupo. Los SIP entre cajas de ahorros se están conformando mediante una ficha bancaria que es la cabecera del grupo y la que aglutina todo el negocio compartido. La opción del Banco de Valencia se descartó por varios motivos, pero el principal era que hubiera requerido realizar una oferta pública de adquisición de acciones para hacerse con ese 62% del capital del banco que está en manos de accionistas minoritarios, dado que es obligatorio que el banco en cuestión sea propiedad al cien por cien del grupo. Descartado el Banco de Valencia, todo indica que Bancaja y Caja Madrid rescatarán una de las fichas bancarias que tiene dormidas la entidad presidida por Rodrigo Rato. Las fuentes consultadas apuntaban la posibilidad de que esa entidad fuera la Banca Jover. j. c. valencia