Los planes de austeridad y contención del gasto público de la Generalitat no tienen su reflejo, al menos de momento, en los papeles de la Conselleria de Economía. El último informe sobre la situación de la tesorería de la Administración Camps, referido a 30 de abril pasado y remitido hace días a las Corts Valencianes, revela que en los cuatro primeros meses del año de la crisis el Consell acumula pagos en concepto de compra de bienes y gastos de funcionamiento por valor de 711 millones de euros, un 13,6% más que en el mismo periodo de 2009. Al mismo tiempo, la inversión ha caído en el cuatrimestre un 12,93% y las transferencias corrientes -subvenciones a organismos y empresas públicas, pero también convenios con otras instituciones y ayudas a colectivos-, un 11,23%.

Las noticias tampoco son buenas en cuanto a los ingresos: Los impuestos indirectos, que gravan el consumo y la vivienda, siguen en caída libre, con un descenso del 14,5% respecto a 2009. Los 1.165 millones recaudados en impuestos indirectos corresponden a niveles de hace siete años, en 2003. El pico se alcanzó cuando el Consell viajaba sobre la ola del auge inmobiliario, en 2007, ejercicio en el que la Generalitat ingresó 1.858 millones por IVA, transmisiones patrimoniales y otros tributos.

Igualmente, los ingresos por impuestos directos (IRPF) han sufrido un descenso en relación al mismo periodo de 2009, ya que, con 858 millones cobrados en el cuatrimestre, supone una reducción del 13,2% respecto a los 989 millones del mismo mes de año pasado. Es la primera vez que la cifra desciende. Al menos no lo había hecho desde 2004, cuando se ingresaron 509 millones.

El Consell se ha sumado al coro de voces contra la complicada situación de la hacienda estatal, pero los datos de la Generalitat tampoco son halagüeños. Para colmo, la agencia Standard & Poors rebajó el jueves la calificación de la deuda de la Comunitat como consecuencia del "fuerte deterioro presupuestario ocurrido desde 2008", que hará que la deuda del sector público alcance el 170% de los ingresos corrientes en 2010.

Personal e intereses

Más allá de la fría realidad de los datos económicos, el descenso de los pagos en transferencias corrientes tiene repercusiones directas en los problemas que afectan a sectores sociales diversos, como las bandas de música, que claman por el recorte a sus ayudas y la falta de cobro de las actuales. Esa reducción se produjo también, curiosamente, el año electoral de 2008, con las legislativas de marzo. O fue fruto de la campaña de las generales o la consecuencia de que el año anterior también hubo elecciones, las autonómicas de 2007, de forma que los gobiernos suelen "cargar" a estos ejercicios los proyectos de la legislatura.

El aumento de los pagos por funcionamiento, hasta los citados 711 millones, supone más que duplicar el gasto que se registró en los cuatro primeros meses de 2004, 319 millones. La subida es del 122%. En cuanto a la nómina del personal, es el capítulo más gravoso, 1.560 millones de euros, y crece, un 2,3%.

Los gastos financieros -pago de intereses por la deuda o la demora en cumplir con los proveedores-, se dispara un 12,6% y alcanza los 248 millones. Es el doble de lo que el Consell pagaba por estas fechas en 2005 (125 millones). En cambio, las transferencias de capital -subvenciones a otros entes para que realicen inversiones- se ha disparado en estos meses, un 140% más que a abril de 2009 (de 161 a 388 millones).

Por otro lado, los cobros por transferencias corrientes -del Estado y la Seguridad Social- se disparan un 39,3%, con 1.352 millones. Hace cinco años, esa inyección de la Administración central al Consell era la mitad, 763 millones, un dato que relativiza el discurso victimista del Ejecutivo de Camps.