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Aunque existe la percepción entre sectores políticos de que si algo no perdona el electorado en los partidos políticos es la corrupción o la división interna, los expertos no comparten esa tesis al cien por cien. El profesor de Ciencia Política, Francisco Sánchez, asegura que los votantes valoran muchas más cosas a la hora de decantarse por una u otra papeleta y aunque detecten corrupción o división en unas siglas no se marchan en masa a la oposición. En la decisión del voto inciden muchos más factores, explican. Lo que vienen a decir es que la corrupción afecta, pero también importa la percepción de que el partido tiene un proyecto de futuro y una estrategia para convertirlo en realidad. Y eso es precisamente de lo que adolece el PSPV según Sánchez ya que los socialistas siguen "a la deriva tanto en proyectos como en candidatos desde 1995", señala.

En este sentido, la mayoría de los valencianos cree que el PP tiene un proyecto definido "basado en los intereses de los ciudadanos, a pesar de que es muy difícil definir cuáles son esos intereses, pero con una imagen de defensor después de todo", constata Sánchez. A esto se suma el empeño de la ejecutiva de Camps en proyectar la imagen de la Comunitat Valenciana en el exterior a través de los grandes eventos como la Fórmula 1, la Copa América o la Volvo. Proyectos todos ellos que el electorado identifica con una mayor capacidad de gestión de sus dirigentes, como pone de manifiesto el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas.

Mientras, el PSPV adolece de proyecto propio y se limita a criticar las propuestas que plantea su rival político. "No consigue trasmitir cuál es su proyecto político para la Comunitat y no se posiciona de forma clara en una serie de elementos que definen y movilizan al votante", explica el profesor. En este sentido, la apuesta de los socialistas valencianos por defender los servicios públicos no logra, en opinión de Sánchez, "despertar sentimientos de identidad política entre los electores para que determinen su voto". "El voto tiene más de emocional que de racional y esto el PP lo ha tenido claro desde el principio", sentencia el profesor de Ciencia Política.