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"Ten en cuenta que no me impresionas, conozco tu anterior trabajo". Mijail Gorbachov dejó pasmado a Ronald Reagan, actor antes que presidente, con esta broma que sirvió para liberar la tensión y que ayer, a los postres, evocó el último dirigente de la URSS. Durante el almuerzo que Camps ofreció al ex mandatario en el Saló Daurat del Palau de la Generalitat y que compartió con el patronato de la fundación Broseta, Gorbachov hizo las delicias con episodios del pasado e incluso contando chistes.

El ex político ruso había llegado el miércoles a las 19 horas, procedente de Madrid. Tenía que ir a la ópera a ver "Salomé" pero, cansado de su periplo español, prefirió descansar en el hotel. Ayer compartió mesa con Camps, Barberá y la ex comisaria Benita Ferrero, entre otros. El menú, ligero: Ceviche de tomate y calamar, merluza con espárragos verdes, crema de limón y naranja, y vinos valencianos.

Antes del acto, Camps explotó de júbilo al saludar a Barberá. "¡Viva la alcaldesa! ¡Viva la alcaldesa!", exclamaba sin dejar de aplaudir. Tanto Camps como Barberá explicaron a un interesado Gorbachov los detalles del Palau de la Generalitat. El primero le detalló su viaje a Moscú, que el ruso alabó. La cadena francesa Arte seguía al ruso para una película por su 80 aniversario.

En su intervención en el acto, el presidente de la fundación Broseta, Vicente Carbonell, recurrió al cuento "El vestido nuevo del Emperador" (en realidad es "El traje nuevo del Emperador") para poner de relieve "que a veces hace falta mucha valentía [como Gorbachov] para decir al emperador que va desnudo". Un cuento, quizá, políticamente incorrecto. Al presidente pareció cambiarle el semblante.