La primera jornada de huelga en Metrovalencia no causó ayer grandes problemas aunque sí la desesperación de algunos usuarios que decidieron utilizar el transporte público entre las 12 y las 16 horas.

Los viajeros aguantaban los retrasos estoicamente. "Me parece muy mal. Siempre están igual", se lamentaba Merche, de Alboraia, mientras esperaba el metro en la estación de Xàtiva alrededor de las 14 horas. Aunque tampoco estaba de acuerdo con la decisión de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) de reducir el personal de estaciones y cerrar las taquillas para "acercar el personal al usuario" como vende la empresa la reducción de la plantilla de agentes de estación, uno de los motivos de la huelga. "Si es por eso, me parece bien que hagan la huelga", aseguraba un compañero, mientras otra Merche, pero de Meliana, y Encarna, del Grao de Valencia, opinaban que "como mínimo debería haber una persona por estación". "Si quieren acercar los trabajadores al usuario que venga a Alboraia a las 8 de la mañana. ¡Vamos en el metro como los japoneses!", insistía Merche de Alboraia. Otros usuarios, que abandonaban apresuradamente la estación de Colón, aseguraron haber detectado "más gente, pero sin problemas". Otra mujer, cargada con una maleta, aseguraba haber tenido "suerte. Nada más llegar he cogido un tren". Las camareras de las cafeterías de Xàtiva tampoco notaron aglomeraciones.

Según FGV, la huelga se limitó al 18% de la plantilla ya que se ofrecían servicios mínimos del 66%. Desde los sindicatos UGT, y SIF denunciaron que "se han abierto estaciones con taquillas que ya habían cerrado en Picanya y Línea 5". Y que "no se informaba bien de la frecuencia de trenes: se anunciaban y luego no pasaban. O circulaban sin que se hubiera avisado". Y calculan que un 85% de la plantilla siguió los paros.