La jueza que ha absuelto a Alfonso Rus, presidente de la Diputación de Valencia, considera que los insultos proferidos contra un grupo de profesores, a los que Rus llamó "gilipollas" en un acto del PP, son suficientes para "colmar" el tipo penal de la falta de injurias. La sentencia indica que la intención de Rus "no era otra que vejar la imagen y dignidad" de sus destinatarios, y constata que Rus lo hizo "de una forma innecesaria y absolutamente gratuita", con la intención de provocar "las risas y el aplauso de un público complaciente".

Pero la titular del juzgado número 2 de Xàtiva, Marta Navas, acaba absolviendo a Rus de la falta de injurias porque los profesores a los que se dirigieron los insultos no son ninguno de los docentes ni representantes sindicales que le demandaron, sino otros "no identificados" que se manifestaron días antes en Valencia. La juez acepta así la versión mantenida en el juicio por la defensa, que sostuvo que las expresiones proferidas por Rus se dirigían a "tres profesores no identificados" que días antes de producirse los insultos se habían manifestado ante la sede de la Diputación en contra del llamado Plan Bolonia.

En el citado acto preelectoral, celebrado el 25 de abril de 2009 en Xàtiva, Rus dijo: "Yo estoy en la Diputación todos los días y vienen a hablar de Bolonia (...). Van allí todos los días, los envían profesores, algunos, todos no, pero sí muchos (...), esos que dicen "aleshores, gairebé", no sé lo que quiere decir pero son unos gilipollas, esos que quieren ponernos la cabeza boca abajo (...), vamos a rematarlos, vamos a rematarlos (...)", dijo Rus.

"Los sujetos ofendidos"

Para la jueza, los profesores que presentaron la denuncia no pueden ser tenidos "como sujetos ofendidos" en la medida en que, como declararon en el juicio, no participaron "en ninguna manifestación" ante el Palau de la Generalitat. Tampoco pueden ser tenido por ofendidos los afiliados al Sindicat de Treballadors de l'Ensenyament, dado que no ha quedado acreditado que este colectivo se manifestara ante la Diputación de Valencia o el acto de protesta hubiera sido convocado por este sindicato de profesores.

Tampoco acepta la jueza que estas expresiones se dirigieran contra los profesores que participaron en el Homenatge als Maulets, que defendió una de las acusaciones, porque tanto el mitin como este homenaje nacionalista coincidieron casi en el tiempo.

El abogado de Escola Valenciana sostuvo en el juicio que el acto electoral se había celebrado tres días después. La jueza, en cambio, toma como prueba las informaciones aparecidas en Levante-EMV para certificar que ambos actos se desarrollaron casi al mismo tiempo y lugar, Xàtiva, el día 25 de abril de 2009: el del PP en un salón de banquetes y el otro ante el monumento a los Maulets.

Además, considera la jueza que aunque Rus hizo una "referencia genérica" a los sindicatos que se manifiestan a diario frente a la Diputación, los "delimita aún más" al decir que son los que "van a hablar de Bolonia", en referencia al nuevo marco universitario. Así, la jueza interpreta que el "objetivo" de sus insultos era un "grupo de profesores concreto", por lo que no pueden ser tenidos como "sujetos ofendidos" aquellos que no participaron en la manifestación a la que aludió Rus antes de proferir los insultos, se añade.

En cuanto a la expresión "vamos a rematarlos", la jueza se introduce en el espinoso asunto del conflicto lingüístico y señala que esa expresión no es una amenaza, sino una "crítica hacia quienes defienden una política lingüística diferente a la línea marcada" por el PPCV. Y añade: "No es más que una advertencia política relacionada con el proceso electoral que iba a tener lugar en breve". El propio Rus dijo durante el juicio que se refería a "rematarlos en las urnas".

El Sindicat de Treballadors de l'Ensenyament, por su parte, reiteró ayer que no valorará el contenido del fallo que absuelve al presidente de la Diputación de la ciudad, Alfonso Rus, de una falta de amenazas e injurias, hasta que no reciba la correspondiente notificación con el fin de no participar en lo que calificó de "sainete de filtraciones", en alusión a la tardanza en la notificación oficial.