? La única cara amable de la crisis económica, si existe alguna, es el descenso en la producción de residuos y, en general, en la presión que ejerce la actividad económica sobre los ecosistemas. Desde que en 2008 comenzarán a quebrar los engranajes de una economía valenciana basada en gran parte en la construcción, unido al descenso en producción industrial y del consumo -alimentado por las elevadas cifras del paro-el volumen de residuos producidos per cápita ha descendido, así como el de la generación de los denominados Gases de Efecto Invernadero (GEI) que se encuentran detrás del controvertido Cambio Climático.

No se trata, sin embargo, de un éxito de las políticas medioambientales, sino de una consecuencia directa de la crisis que afecta a los sectores energético, cerámico y cementero, de gran peso en la economía valenciana. La demanda de electricidad, azulejos y cemento ha disminuido y como consecuencia de este descenso , el resultado en las cifras del CO2 que sale por las chimeneas ha sido inmediato y a la baja.

Según el informe anual sobre las instalaciones afectadas por la ley 1/2005, sobre el régimen de comercio de derechos de emisión de GEI, las emisiones "verificadas" generadas en las instalaciones industriales valencianas sometidas a control por la Administración sumaron en 2009 un total de 8.809.643 toneladas de dióxido de carbono (CO2), principal responsable del efecto invernadero. En el mismo periodo del año anterior-2008- la producción ascendió a 9.949.770 toneladas, lo que implica un descenso en las emisiones superior al millón de toneladas, un 11,5% menos, una cifra "espectacular" según los expertos que acredita la magnitud de la crisis.

Controles

El Sistema Europeo de Comercio de Derechos de Emisiones nació en 2005 como uno de los instrumentos para reducir las emisiones de CO2 y cumplir los objetivos de la cumbre de Kyoto. Europa establece un tope máximo de emisiones para cada Estado, que España desagrega para cada una de las instalaciones productoras de CO2, a las que de acuerdo a sus características y producción fija un "limite" o "tope" de derechos de emisión equivalentes a la cantidad de toneladas de dióxido de carbono que puede emitir de forma gratuita. Quien supera este límite está sujeto a sanciones.

Como el limite global de emisiones respaldadas por derechos de emisión es inferior a las emisiones reales en los Estados que no han cumplido los objetivos de Kyoto, el esquema genera "incentivos" para que los "agentes", entre ellos la industria, reduzca sus emisiones con el objetivo de eludir las penalizaciones. Bajo este esquema, la Administración General del Estado asignó en 2008 un volumen de 10.427.792 derechos a 125 empresas situadas en territorio valenciano que producen CO2. La producción real, sin embargo, fue ligeramente inferior, con 9.949.770 toneladas, un 4,58% menos, por lo que la mayoría de las empresas pudo "compensar" sus emisiones con derechos con los que le había asignado el Estado. Sin embargo hubo 18 empresas que no pudieron ajustarse al cupo y además de devolver los derechos asignados , tuvieron que adquirir en el mercado los derechos ahorrados por otros para cubrir su deuda.

En 2009 y pese a que el número de empresas aumentó a 126 y las emisiones asignadas a 10.825.508 toneladas, tan solo se consumieron -en realidad se emitieron a la atmósfera- 8.809.643 toneladas de CO2, lo que representa un 18,62% menos que el año anterior. En ese año, tan solo 5 instalaciones frente a las 18 del año anterior no pudieron ajustarse a los derechos asignados.

La dirección general del Cambio Climático de la Generalitat Valenciana hace una lectura diferente de estos datos. Según el balance realizado hace unos días por su director general, Jorge Lamparero, los excedentes de derechos de emisión son atribuibles al "importante esfuerzo inversor" de las empresas de la Comunitat Valenciana. "Estamos de enhorabuena, ya que a pesar de la crisis, las instalaciones de la Comunitat continúan invirtiendo en mejoras medioambientales, lo que repercute en la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera", subrayó.

Déficit del sector energético

Entre las instalaciones con más dificultades para cumplir la asignación se encuentran algunas industrias cerámicas y, sobre todo, las generadoras de energía eléctrica. Unión Fenosa Sagunto con una emisión de 1.252.519 toneladas de CO2 sobre las 925.935 asignadas, y la central térmica de Castelló, que emitió 1.737.484 toneladas frente a 1.252.034 asignadas gratuitamente, lideran las emisiones en la Comunitat Valenciana.