La solución a las basuras de Castelló no sólo huele mal, sino que quema en las manos de la Conselleria de Medio Ambiente y de la Diputación de Castelló. El retraso -más de siete años- de la planta de Cervera, que debía dar servicios a los municipios del norte de Castelló, y el inminente cierre del vertedero de Vilafranca mantienen huérfanas a las basuras de Castelló. El secretario general de la Conselleria de Medio Ambiente, Jorge Lamparero, retomó ayer la opción alicantina y anunció, en una reunión con alcaldes en la diputación para hablar del Plan Integral de Residuos (PIR), que la basura de la zona norte se acumulará, en un primer paso, en una planta de transferencia provisional en Benicarló, para después darles salida hacia el vertedero de Xixona. Esta medida se prolongaría meses, pendientes de la planta de Cervera.

Lamparero apuntó que la tramitación para habilitar esta instalación es sencilla y que los trámites ya están superados. Asimismo, justificó su traslado a Xixona "porque la empresa pública Vaersa dispone de una planta en esta localidad" y rechaza otros municipios como Villena, que se había barajado como posible receptora de los residuos de Castelló.

Oposición de Verdú (PSPV)

El alcalde de Xixona, el socialista Ferran Josep Verdú, muestra su total rechazo a esta opción al calificarla de "aberrante" y de "total despropósito". Verdú advierte de que el ayuntamiento no va autorizar este tipo de "barbaridad" porque la planta de tratamiento de residuos está construida sobre terrenos municipales, "cedidos bajo unos condicionamientos que no permite a Vaersa hacer lo que le dé la gana".

El regidor afirma que es inviable esta opción "ya que nuestra planta está construida para gestionar y tratar sólo la basura de la zona 14 y parte de la zona15", no la de Castelló. Verdú ha recordado a la conselleria que es "ilegal" llevar los residuos a Xixona porque va en contra de la Ley de Residuos .