"No sabía ni cómo me llamaba ni dónde estaban los aviones. Tenía ocho tráficos llamándome y me encontraba perdido." El relato de lo ocurrido ayer por la mañana en el Aeropuerto de Manises es "angustioso", en palabras de un compañero del controlador que, siendo el único responsable del tráfico en la torre de control, se desvaneció fruto de una ataque de ansiedad. Según su relato, AENA sólo programó un controlador para el turno de noche del viernes al sábado, entre las 22 horas y las 8 de la mañana de ayer.

El trabajador, previendo que se vería "solo" y "desbordado" entre las siete y las ocho -última hora del turno y momento en que comienza el movimiento-, pidió que se regulara el tráfico, es decir, que se espaciaran las salidas y llegadas para poder dar abasto. No se hizo.

Así las cosas, el controlador, tras la experiencia del jueves por la tarde -cuando ya se produjeron retrasos y su compañero sufrió un ataque por el estrés y la sobrecarga de trabajo-, perdió completamente los nervios. "Después de estar discutiendo he sufrido un ataque de ansiedad brutal", reconocía el controlador, que terminó por desmayarse. Antes pudo avisar a los servicios médicos, que le atendieron en la propia sala. De allí fue trasladado al hospital de Manises en ambulancia.

Fuentes de AENA achacaron el incidente a que el operador "se ha encontrado mal", lo que provocó que entre las 7.20 y las 7.40 hora se interrumpiera el servicio y "seis o siete vuelos" sufrieran retrasos de entre diez y veinte minutos. Todo volvió a la normalidad con el cambio de turno, cuando se incorporaron los tres controladores previstos.